• Economía

Centros de idiomas de Volkswagen: surgen víctimas de fraude en certificaciones

  • Fernanda Potenciano
La escuela habría obligado a los alumnos que buscaban certificaciones a repetir niveles hasta por dos años, dejando jugosas ganancias.
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Con el anuncio del cierre del Centro de Idiomas de Volkswagen, han salido a la luz los casos de varios alumnos que fueron víctimas de fraude al tratar de certificarse en algún idioma, mismas que en conjunto ascienden al menos a 50 mil pesos.

Después de operar durante 30 años en el estado, cobijada por la emblemática marca automotriz en Puebla, hace un mes Volkswagen Group Academy decidió deslindarse de las escuelas.

Según relatan testigos, la escuela convirtió su sistema de enseñanza en un negocio para poder pasar los niveles; además, varios de los alumnos defraudados indicaron maltrato por parte del personal.

Un denunciante, que decidió permanecer anónimo por temor a represalias, contó su historia a e-consulta, misma que decidió hacer pública tras pagar cerca de 7 mil pesos y no obtener ninguna certificación de la ahora inexistente escuela.

Desde su conocimiento y entre sus compañeros, considera que por lo menos dejaron 50 mil pesos en la empresa durante el proceso de acreditación, pero el cierre generó una pérdida de la inversión aparentemente irreparable.

Sin embargo, la historia del afectado comenzó cuando en su trabajo le requirieron que certificara el idioma alemán, al menos hasta nivel B2, lo que significa al menos cuatro cursos para pasar del nivel principiante al intermedio.

Tanto el renombre de la empresa armadora, así como el tiempo de la escuela en Puebla fueron suficientes para que, con confianza, acudiera al Centro de Idiomas a cursar cada uno de los niveles que necesitaba.

El afectado relató que el examen tenía un costo de 3 mil 900 pesos, sin embargo, en caso de no aprobar alguno de los niveles, tenían que pagar mil pesos más para poder recursarlo; en su caso, no aprobó uno de los cuatros niveles la primera vez que los cursó, pero decidió continuar sus estudios y pagar el nivel extra.

Durante esta primera aplicación, dio a conocer que el trato en la escuela no solo era estricto, sino muy poco amable, aunque este empeoró conforme más veces se repetían los niveles.

Asimismo, indicó que los malos tratos pudieron surgir a raíz de que un grupo de aplicantes constataron que una persona se encontraba copiando durante el examen, por lo que comentaron entre ellos y esta conversación llegó a oídos del personal.

En la segunda ocasión que presentó este nivel, confesó que sufrió maltrato desde que inició el curso en el plantel de Zavaleta, donde escucharon cómo una maestra de nacionalidad lituana se burló de los aspirantes a la certificación con otra maestra del personal.

Para esta ocasión, su resultado fue menos favorable que la primera vez, pero decidió hacer una tercera aplicación gracias al renombre de la armadora alemana, sin embargo, tampoco logró aprobar el curso a pesar del esfuerzo extra.

El afectado señaló que, después de la tercera ocasión que presentó el examen, decidió no continuar con el proceso, lo que generó que su inversión se perdiera, ya que ahora no recibe respuesta de los correos de contacto de la institución.

El caso se agrava al considerar que el afectado tiene conocimiento de al menos otras 10 personas que se encuentran en la misma situación, así como de aspirantes que llevaban hasta dos años intentando obtener la certificación.

Este medio también recibió la denuncia de un fraude en las supuestas licenciaturas que ofertaba la escuela, mismas que no brindaron las competencias que prometían, por lo que la persona afectada tuvo que estudiar otra carrera. (JC)

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