En México, durante el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, las fuerzas armadas dejan 4.4 muertos por cada herido cuando participan en un enfrentamiento, mientras que la policía, 2.7 muertos por herido.

Lo anterior, de acuerdo con el análisis “A(r)madas y letales”’, segunda parte del proyecto “Con Copia Oculta”, que fue realizado por las organizaciones feministas Data Cívica e Intersecta.

Según el informe, existe abuso de la fuerza al interior de los cuerpos castrenses y civiles, lo que evidencia que los militares no pueden encargarse de la seguridad pública, como argumenta el mandatario federal.

A principios de mes, López Obrador presentó un paquete de 20 iniciativas, 18 de ellas de carácter constitucional, entre las que resalta la militarización definitiva de la Guardia Nacional, misma que estaría a cargo de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

Data Cívica e Intersecta aseguran que los cuerpos militares están “tirando a matar”, debido a que, durante los enfrentamientos con autoridades, el número de personas civiles fallecidas es mayor que el de heridas.

Con eso, indican, se refleja que su uso de la fuerza no es conforme lo que dice la ley, que establece que “debería ser el último recurso cuando enfrentan a presuntos delincuentes”, por lo que la letalidad de los militares es superior.

Esto a pesar de que, en la actual gestión, las fuerzas armadas participan menos en enfrentamientos violentos que cuando gobernaba Felipe Calderón Hinojosa, iniciador de la llamada “Guerra contra el narco”.

Actualmente, en los enfrentamientos del Ejército la letalidad es de 1.5 fallecidos por detenido, frente a menos de 0.4 cuando en ese evento estuvo presente también otra corporación.

También ejercen violencia psicológica contra las personas que arrestan el 79.5 por ciento de las veces, frente al 66.4 por ciento de cuando la detención la hacen autoridades civiles, y aplican violencia física el 67.7 por ciento, en tanto, las fuerzas civiles lo hacen el 50.6 por ciento de las veces.

Otro abuso notorio es que las fuerzas armadas cometen violencia sexual contra la mitad de las personas que arrestan, con el 49.6 por ciento, mientras las civiles lo hacen con una de cada tres 34.3 por ciento. (JC)