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Los secretos del mosquetón, la silbadera que da vida al Carnaval de Huejotzingo

  • Ángel Bañuelos
Para la familia Xochipa Morante, Huejotzingo es zona de guerreros que trabajan: “salimos a bailar, a echar tiros, los limpiamos como si nosotros mismos las fuéramos a utilizar”
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El herraje es el corazón de un mosquetón de carnaval; a menudo se habla de la caja de madera decorada que cubre su mecanismo, sin embargo, es importante saber que gran parte de los esfuerzos en la correcta elaboración de un mosquetón se centran en sus piezas metálicas.

Así lo declara Miguel Ángel Xochipa Morante, quien ha trabajado durante 24 años como herrero y artesano en Huejotzingo y que se encuentra dando mantenimiento a los mosquetones que se usarán este año.

Sobre su trabajo cae una gran responsabilidad, pues la revisión minuciosa de estas armas de fuego podría evitar que se produzcan accidentes como, por ejemplo, que el cañón explote o que el mosquetón se dispare sólo; las piezas deben estar en buen estado o cambiarse si se necesita hacerlo.

"Cada día tratamos de hacerlo mejor, porque de ello depende la vida de alguien más, entonces somos muy cuidadosos de los detalles, principalmente porque nosotros también los utilizamos, salimos a bailar, a echar tiros, y sabemos de los riesgos que conlleva tener un arma en mal estado. Las reparamos y las limpiamos como si nosotros mismos las fuéramos a utilizar" declara Miguel Ángel.

En Huejotzingo, hasta los mosquetones tienen edad

En el taller de la familia Xochipa Morante hay mosquetones nuevos, pero también los hay con muchos años de haberse creado y cuya edad es difícil determinar. Uno de estos mosquetones pertenece al padre de Miguel Ángel, perteneció a su abuelo y probablemente a su bisabuelo.

Sobre este mosquetón, comentan que su cañón fue fabricado a partir de un tubo de un camión de carga, el mismo tubo que conectaba al volante con el mecanismo del vehículo, y que varios mosquetones de esa época eran fabricados con ese tipo de piezas.

Miguel Ángel también se encuentra reparando un mosquetón cuyo herraje no se parece a ninguno que haya visto antes; es del abuelo del cliente y no se ha usado en cuarenta años, por lo que él y su familia piensan que podría ser muy antiguo.

Incluso, aventuran que esta arma, a la que están haciéndole una caja nueva, podría datar del siglo XIX. Aun así, añade, el mosquetón se encuentra en muy buen estado, pues el abuelo de este cliente lo limpió antes de guardarlo durante tanto tiempo.

Vestigios de guerra, seguridad y tradición

Algunas de las medidas de seguridad que realizan los carnavaleros al momento de usar los mosquetones son: llevar la pólvora separada en cartuchos de papel, los cuales vacían en los cañones cada vez que van a disparar; alejarlo los más lejos posible del cuerpo al accionarlo, inclinando el cañón hacia arriba, y jamás mirar hacia el cañón cuando el arma está cargada, incluso si no se disparó al jalar el gatillo.

Al Carnaval de Huejotzingo lo caracterizan las referencias a la Batalla del Cinco de Mayo durante sus desfiles y danzas, así como los términos "general", "soldados" y "regimiento", por lo que el tema de la guerra está presente en esta festividad.

Así mismo, la familia Xochipa Morante han mencionado que ven a Huejotzingo como un municipio guerrero y combativo; Miguel Ángel Xochipa, artesano dedicado a fabricar estas armas de fuego, explica el porqué de esta visión:

"Esta era una zona de guerreros que trabajaba, que se esforzaba para salir adelante, como es ahora. Las personas de ahora tenemos que salir a buscar oportunidades, tenemos que salir a tocar puertas, y eso es lo que caracteriza a los huejotzingas, que nunca estamos estacionados en un ambiente de confort, buscamos siempre sobresalir, buscamos sacar adelante a nuestros hijos" concluye. (EG).

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