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Huamantla 2023: La Corrida de las Luces es como tocar los dinteles de la gloria
La Corrida de las Luces se realiza en la ciudad de Huamantla la noche del 14 agosto, la noche que nadie duerme, fecha en que el pueblo le rinde pleitesía a su reina, a su patrona, a la Virgen de la Caridad. Se trata de una procesión por las calles del centro de la ciudad.
Los huamantlecos adornan sus calles con alfombras de aserrín y flores, ellos ponen parné y habilidad, crean auténticas obras de arte, exclusivamente para que la virgen pase por ahí. Su arte es efímero.
Asimismo, se realiza una procesión dentro del ruedo en honor de la virgen, participan religiosas, toreros, ganaderos, monosabios, empresarios. Se apagan las luces artificiales, cada aficionado enciende una vela que le proporcionan con eso se ilumina la marcha aderezada con el Ave María de Schubert.
La Noche de las Luces es religiosidad
La piel se eriza, la plaza se satura de misticismo, devoción, espiritualidad, respeto. El objetivo no es emborracharse como el día de la huamantlada, esta noche se trata de religiosidad. El fervor de la procesión de la calle se introduce a la plaza de toros La Taurina.
La emoción y el espectáculo son únicos. Si el cielo existe debe tener algo de parecido. La Corrida de las Luces será como la frase de Manuel María Flores, en la melodía “Amémonos”: es tocar los dinteles de la gloria.
Sin embargo, no hay que olvidar que el festejo es precisamente eso: una corrida de toros, comparable a la del 5 de febrero en La México, cuando había plaza, o la del 25 de abril en Aguascalientes, pero las empresas nunca han querido destacar la de Huamantla, se hinchan de lana porque entra mucha gente, pero le meten la espada al sufrido público, a los asistentes les dan atole con el dedo.
Tuve la oportunidad de narrar para la televisión del estado de Tlaxcala un buen número de corridas de toros algunas del 14 de agosto, la idea era transmitirlas en forma diferida. Al menos dos años la televisora decidió no transmitirlas porque era indigno el espectáculo, una parodia de corrida, se lidiaron vergonzosas lagartijas.
Tanto empresa como ganaderos fueron de Tlaxcala. No pasó nada, ya no diga usted sancionarles, ni siquiera una llamada de atención. Más de una vez Tlaxcala ha sido el paraíso de empresas taurinas fraudulentas. Las autoridades que deberían evitar esas simulaciones, se quedan como el chinito…
La Corrida de las Luces debería servir para presumir la tauromaquia en todo el orbe, demostrar a todo el mundo lo que somos los taurinos, enseñar nuestra sensibilidad, la religiosidad nos aleja del salvajismo y del asesinato.
Si estamos en el estado del toro bravo, si el festejo es el más importante de Tlaxcala, éste debe ser espectacular, sin restricciones ni limitaciones. Que los toros, los seis, tengan suficiente trapío, que asusten al público, que sientan que asistieron a una auténtica corrida de toros.
Este año, desde mi punto de vista, se lidiaron “tre y tre”. Los tres primeros de Tenopala cuya pinta y presencia provocó una ovación, el segundo fue emotivo y con clase y el tercero también fue bueno. Les dieron duro en varas.
Tres de José Garfias, que no estaban sobrados de cornamenta. Fueron complicados. El sexto de comportamiento chungo, hizo cosas de manso, le hicieron sangre en varas y antes de los primeros muletazos, huyó. Sergio lo metió a la canasta, le arrancó dos series emocionantes, emotivas las embestidas, luego lo echó pa’arriba y de milagro no le hizo daño, “Trashumante” buscaba herirlo con mucha codicia.
El Cejas se llevó el lote malo, se las ingenió pa’llevarse una peluda. El Payo tuvo momentos muy toreros.
Bien por la empresa que agotó las localidades días antes del festejo. Entiendo que hay que informar algunas cosas al público por microfonía, pero sin maestro de ceremonias, es de mal gusto.
En fin, como decía alguien, haiga sido como haiga sido, la Corrida de las Luces es como tocar los dinteles de la gloria.