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¿Qué papel tiene el cerebro en el aumento o pérdida de peso?
Por medio de una charla impartida en la UNAM, se informó que el cerebro tiene un papel fundamental para controlar, aumentar o disminuir el peso corporal.
La investigadora del Instituto de Fisiología Celular, Marcia Hiriart Urdanivia, dijo que el papel del cerebro está directamente asociado con mecanismos básicos que utilizamos para comer, como las sensaciones de hambre y saciedad, aseguró
La experta explicó que la grelina es una hormona que provoca hambre y se produce principalmente en el estómago, aunque también en un área del hipotálamo cerebral.
Por su parte, la leptina, que es generada por nuestros adipositos o células grasas, nos otorga sensación de saciedad.
La investigadora dijo que preservar el peso corporal adecuado depende en buena parte de nuestro equilibrio energético; es decir, de una relación apropiada entre la entrada y la salida de lo que comemos.
“Es muy importante hacer ejercicio para mantener esta relación, pues es un componente importante en el gasto de energía”, explicó.
Al dar la conferencia “El control de peso inicia en el cerebro”, la experta recordó que en México son numerosas la diabetes y la obesidad, enfermedades causadas por el inadecuado consumo de alimentos ricos en azúcares y grasas, además de sedentarismo que detiene el gasto energético.
Hiriart Urdanivia explicó que obtenemos la energía básicamente de carbohidratos (formados por polisacáridos), proteínas (hechas de aminoácidos) y lípidos o grasas (compuestos por triglicéridos como colesterol y ácidos grasos).
Al comer de más hay una entrada energética extra que se vuelve grasa y nos engorda. La energía que no se usa, por ejemplo a través del ejercicio, se reúne en el hígado. “Si continuamente estamos comiendo dulces todo el tiempo está alta la concentración de glucosa en la sangre, y estamos secretando insulina, por lo que el sistema está sobreestimulado”, alertó.
La experta sugirió dormir bien -un promedio de ocho horas al día- porque al disminuir el tiempo de sueño se puede alterar el equilibrio hormonal, lo que aumenta la grelina (que produce hambre) y disminuye la leptina (se genera saciedad).
Además, invitó a fomentar hábitos alimenticios adecuados que influyen en el peso y la salud a mediano plazo: planear comidas y disminuir el tiempo entre estas; llevar a la escuela o el trabajo alimentos sanos; beber agua natural y no endulzada; masticar despacio y disfrutar los alimentos.
Para obtener mayor saciedad, sugirió una alimentación en forma de pirámide invertida, en donde en la parte más alta y ancha estarían las verduras, luego proteínas como carne y huevo, enseguida los carbohidratos (pan y arroz) y, al final, fruta como postre; todo acompañado de agua natural.