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Kiki Camarena: reapertura del caso vuelve a embarrar a Manuel Bartlett
El 9 de febrero de 1985 se le dio muerte a Enrique “Kiki” Camarena, no sin antes torturarlo. El cuerpo del exagente encubierto de la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) no fue hallado sino hasta cuatro semanas después, un 5 de marzo, en Michoacán. Tras una serie de investigaciones que parecían conclusas, el caso fue otra vez reabierto y con ello vuelven también el cúmulo de acusaciones hacia los presuntos implicados, entre los que se encuentran el exgoberndor de Puebla, Manuel Bartlett Díaz.
Camarena, nacido en México y radicado en Estados Unidos desde sus primeros años de vida, significó el primer asesinato de un agente de la DEA en la historia. Por el crimen se culpó y condenó a Rafael Caro Quintero, narcotraficante mexicano que para el 2013 obtuvo su libertad, aunque después la propia DEA ofreció 20 millones de dólares por información que condujera a su captura; la ejecución de “Kiki” era asunto pendiente.
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En julio del 2022, elementos de la Marina lograron la nueva detención de Caro Quintero, también fundador del Cártel de Guadalajara. La aprehensión habría sembrado temor en las altas esferas políticas ante una posible extradición hacia los Estados Unidos. Al menos para Héctor Berrellez, exagente de la DEA, el freno en la extradición de Quintero resultó “triste” debido a que el denominado “Narco de narcos” delataría la relación entre funcionarios mexicanos y estadounidenses con el narco, así como su complicidad en el asesinato de Camarena.
“[La extradición de Caro Quintero a Estados Unidos] implicaría [a Manuel] Bartlett y a Ismael Félix Diaz. En 1984 negó el Congreso de Estados Unidos, se negó a involucrarse en la guerra en Nicaragua, entonces la CIA lo hizo clandestinamente con una reunión en México, le pidieron ayuda en México; México se negó [a] hacerlo abiertamente, solo clandestinamente. En una junta Bartlett sugirió usar infraestructura de los narcos para la CIA, y tuvieron junta con los narcos, le ayudaron a la CIA para transportar las armas”, dijo Berrellez en agosto del 2022 para el portal Aristegui Noticias.
La reapertura del caso “Kiki” Camarena
El juez federal John A. Konstadt fue quien, a 34 años del juicio inicial, ordenó reabrir el juicio por el asesinato de Camarena tras determinar que hubo falsedad en las evidencias presentadas por el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés), lo que afectó el proceso e implicaría realizar una nueva agrupación de evidencias y testigos, como indicó el portal Milenio.
Lo anterior se debe a que Raúl López Álvarez (expolicía judicial de Guadalajara y uno de los últimos sentenciados por este caso) pudiera demostrar que su proceso no se hizo con apego a la ley, además de que en él existieron una serie de irregularidades. Al exjudicial se le acusó por cuatro agravios en el caso “Kiki”: crímenes violentos en ayuda del crimen organizado, conspirar para secuestrar a un agente federal, ser partícipe en el secuestro y retención de un agente de la DEA con el propósito de interrogarlo, y asesinato grave cometido durante y en el curso del secuestro.
López Álvarez fue detenido y encarcelado en Estados Unidos tras una operación encubierta de la DEA, imputándole cuatro sentencias consecutivas de 60 años. Su relación con el crimen hacia Camarena salió de su propia boca al caer en una trampa de un agente de la DEA, quien fingió requerir de un sicario para asesinar a un funcionario estadounidense, aunque el supuesto crimen que buscaba lo pidió bajo el modo “Camarena Style”, es decir, a base de tortura.
Un reporte presentado por la misma casa editorial señala que López Álvarez presumió de su alta experiencia para “levantar” y asesinar personas. Esta acción la podía realizar con toques eléctricos, cuchillo o con el “tiro de gracia”, de acuerdo con lo que el cliente pidiera. Ya acusado, Raúl López indicó que sus habilidades eran mentira y que alardeó sobre ellas únicamente para fincarse importancia ante el agente de la DEA.
El anuncio del juez norteamericano implica que las autoridades estadounidenses retomen el proceso y vuelvan a reunir tanto evidencia como testigos en el asesinato de “Kiki” Camarena a manos del ya extinto Cártel de Guadalajara que fue liderado por Miguel Ángel Félix Gallardo, Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca Carrillo.
La ‘participación’ de Bartlett en el caso “Kiki Camarena
La vinculación de Manuel Bartlett Díaz (actual director general de la Comisión Federal de Electricidad (CFE)) así como del exagente de la CIA, Ismael Félix Rodríguez, en el asesinato de Enrique Camarena se debe a la acusación de Héctor Berrellez, exagente de la DEA, quien sostiene que la extrema tortura hacia Camarena tenía como finalidad averiguar si era conocedor de la relación entre la CIA, Manuel Bartlett y algunos de los grandes narcos mexicanos de entonces como Ernesto Fonseca Carrillo, Miguel Ángel Félix Gallardo y Juan Manuel Salcido Azueta (apodado “Cochiloco”).
El exagente indicó que la intención no era asesinar a Camarena, sino interrogarlo para asegurarse de si era o no conocedor del vínculo. Sin embargo, se les habría pasado la mano:
“Cuatro diferentes testigos a mí me dijeron que estuvieron en juntas en donde se planeó el asesinato de KIki Camarena, pero el plan no era asesinato, levantar a Camarena no era para matarlo, era para interrogarlo, por eso lo vendaron y no debían haberlo matado, lo que pasó en que en el interrogatorio fue torturado demasiado, las órdenes eran dejarlo con vida, para sacar toda la información que se pudiera y ver hasta que punto tenía conocimiento de lo que pasaba en el Rancho de Veracruz”, sostuvo Berrellez en agosto del 2022 para Aristegui Noticias.
De las dos grabaciones que resguardan la tortura hacia Camarena existieron cuatro transcripciones, aunque Berrellez comentó que hubo una quinta transcripción entregada a la DEA donde explícitamente los torturadores preguntaron a “Kiki” si conocía acerca de los “contras” y del vínculo entre narcotraficantes con gobiernos y políticos “sucios” en México. Si bien “Kiki” indicó que no conocía nada al respecto, la tortura no se detuvo hasta provocarle la muerte.
Tanto los altos mandos de México como la CIA planeaban liberarlo con vida, “por eso le vendaron los ojos”, puntualizó Berrellez.
Bartlett, un estratega en la alianza con el narco
Héctor Berrellez afirmó que el Congreso de Estados Unidos dio una respuesta negativa por financiar una guerra contra el régimen sandinista de Nicaragua. Por este motivo y bajo el pretexto de combatir la expansión del comunismo en América Latina, el exagente de la DEA se reunión con Manuel Bartlett, que por entonces era secretario de Gobernación y quien advirtió que el gobierno mexicano no podía ayudar directamente en abastecer de armas a las milicias contrainsurgentes.
La idea de Bartlett fue utilizar las mismas rutas del narcotráfico con las que contrabandeaban armas a El Salvador y posteriormente a Nicaragua. La alianza –relató Berrellez– fue aceptada por todos, lo que convirtió en socios y cómplices al gobierno mexicano, la CIA y los narcos mexicanos. Esta relación estuvo a nada de ser descubierta por Enrique Camarena, investigación que le habría costado la vida.
Berrellez, quien aseguró que su experiencia de trabajo en México le permite discernir cómo es el trabajo de un narco, aseguró que el crimen contra Camarena tuvo tintes políticos: “Los narcos no andan levantando gente, interrogándola, vendando los ojos de las personas e inclusive grabando todo lo que está diciendo. Ese operativo no fue de narcos, ese operativo fue de políticos, de gobernantes y de policías, Los narcos cuando matan, matan”, sentenció.
¿Una trampa para Bartlett?
Con la visita a México de Ken Salazar, embajador de Estados Unidos, surgió una nueva polémica luego de que extendiera una invitación a Manuel Bartlett para acudir a Washington y sostener una reunión de trabajo que le dé “celeridad” a los proyectos de energías limpias que se desarrollan en el país mexicano.
El embajador estadounidense sugirió que la reunión fuera antes de los dos meses que pactó el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, debido a que la mayoría del trabajo ya está avanzado: "Con todo el respeto, Manuel, lo debemos de hacer más pronto que en dos o tres meses porque mucho del trabajo del análisis está ya, entonces ojalá que tengamos esta reunión donde tú vengas a Washington y ponemos el plan ya más de acción", agregó Salazar.
La invitación resultó polémica y sorpresiva debido a la información que vincula a Bartlett con el asesinato de Camarena, lo que revive aquella leyenda de que en alguna corte de EU exista una investigación en contra del exgobernador poblano, hipótesis que el mismo Bartlett ha desestimado en ocasiones anteriores al indicar que se trata de una campaña en su contra.
¿Quién fue Enrique “Kiki” Camarena?
Enrique “Kiki” Camarena fue un agente encubierto de la DEA que en 1981 fue asignado para trabajar en Guadalajara dentro de una investigación acerca de la ruta de marihuana y cocaína hacia Estados Unidos, traslado que se realizaba en avionetas en una alianza entre cárteles mexicanos y colombianos, quienes ofrecieron también cocaína al ser una sustancia de menor peso y de mejor acomodo.
Camarena permaneció encubierto alrededor de un año y medio en México y habría logrado acercarse a algunos jefes del Cártel de Guadalajara como Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca Carrillo. Una vez vinculado a los capos, investigó por aire el negocio de las drogas, dando al narco un duro golpe a su economía debido a que descubrió el rancho conocido como “El Búfalo”, en Chihuahua, mismo que fue incautado por 450 soldados.
Ese golpe significó arrebatarles al menos 8 mil millones de dólares al tratarse de casi mil hectáreas de marihuana.
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El secuestro de Enrique “Kiki” Camarena tuvo lugar unos meses después cuando salía del consulado de Estados Unidos en Guadalajara, siendo interceptado por cinco hombres que lo llevaron a una casa donde, de acuerdo con las investigaciones, lo quemaron, le arrancaron dientes y le rompieron varios huesos, además de ser presuntamente violado. La brutalidad del ataque le provocó un estado de coma, aunque la estocada que le quitó la vida fue recibir un golpe en la cabeza con una barra de acero.