La bitácora mensual de la Subdirección de Salvaguardia Estratégica de Pemex apunta al 2022 como el año en que se registraron más tomas clandestinas durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador como presidente de México, con un total de 13 mil 946 tomas solo en ese año.

La cifra representa un aumento del 26 por ciento comparado con las tomas que se identificaron durante 2021, como indicó el portal El Universal al tener acceso a la bitácora de Pemex.

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El último trimestre del 2022 fue el lapso en que se disparó el huachicoleo debido a que se tenían reportadas únicamente 7 mil 895 tomas clandestinas hasta septiembre del mismo año, representando un incremento del 56 por ciento.

Pérdidas en 2022 por huachicoleo en México

En cuanto a números, las más de 13 mil tomas clandestinas que se detectaron en el 2022 representaron una pérdida monetaria de 14 mil 243 millones de pesos, un 19.6 por ciento más de lo que se registró al cierre del 2021 cuando la pérdida económica fue de solo 4 mil 801 millones de pesos en robo a ductos.

Por otro lado, durante todo el 2022 se perdieron 6 mil 100 barriles de gasolina diarios de acuerdo con lo reportado por la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, quienes aseguraron que hubo un incremento en el robo a combustible.

En lo que respecta al inicio del 2023 los números tampoco son alentadores, pues en apenas dos meses ha sido detectado el robo de 5 mil 700 barriles diariamente.

Estados de México con mayor robo a combustible

La bitácora mensual de la Subdirección de Salvaguardia Estratégica de Pemex indica que es principalmente en tres estados donde se ha concentrado enérgicamente el robo de hidrocarburos; tales entidades son Hidalgo, Estado de México y Puebla.

Al iniciar el sexenio de López Obrador como presidente de la república presentó una estrategia de combate al huachicoleo que implicó cerrar los ductos y contratar a 2 mil conductores que pudieran transportar gasolina con el fin de evitar el robo de combustibles.

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Las medidas de seguridad se relajaron en 2019 cuando el gobierno federal reabrió esos ductos bajo el supuesto de que se eliminaron las tomas clandestinas detectadas y se tomó el control total de seguridad en esos sitios, aunque eso contrasta con la realidad debido a que solo en 2022 se desplegó a 3 mil elementos de las fuerzas armadas de México para combatir la cifra creciente de robo a combustibles.