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Día de Muertos: calaveritas de azúcar que recuerdan a los seres queridos
Las calaveritas de azúcar siguen siendo parte fundamental de las ofrendas del Día de Muertos en el estado de Puebla y en todo México ya que representan a todas las personas que partieron de la vida terrenal.
La tradición consiste en ir a las dulcerías típicas o tradicionales y buscar las calaveritas que tendrán colores específicos y el nombre de la persona a la que se recordará en el altar, y a quienes se espera visiten las casas durante los días 1 y 2 de noviembre.
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La colocación de esta figura elaborada de manera artesanal con productos básicos como el azúcar, agua y colores vegetales es una tradición prehispánica que sigue arraigada en todo México.
El negocio Arte Mexicano “El Colibrí” ha dedicado cinco generaciones de su familia a la elaboración de estos cráneos dulces, mantenido la tradición de hacerlas de manera artesanal con moldes de barro y preparando la mezcla en un cazo de cobre.
Ernesto Quintana Reyes, Artesano de Dulces Típicos compartió con e-consulta que pertenece a la quinta generación de su familia y que trabaja en la elaboración de dulces tradicionales de Puebla para mantener vigentes los usos y costumbres mexicanos.
Refirió que año con año realizan este elemento de altares de muertos con la intención de que las familias se vayan contentas de que representarán en los colores de estas a la persona que quieren recordar.
Reveló que anualmente llegan a elaborar 25 mil calaveritas que en su mayoría son exportadas a España y Alemania, por lo que comienzan su elaboración desde el mes de junio para poder cumplir con los pedidos.
AQUÍ TE CONTAMOS CÓMO SE ELABORAN
Se coloca azúcar en un cazo de cobre con agua y se pone a hervir durante un tiempo estimado de 20 a 25 minutos a 110 grados centígrados, hasta que llegue a una consistencia específica en la que se puede manipular.
Posteriormente se realiza la denominada “prueba de la bola”, que radica en tomar la mezcla y colocarla en agua fría para saber si ya cuenta con la consistencia adecuada.
Una vez lista se vierte en los moldes de barro que previamente estaban sumergidos en agua para lograr un enfriado perfecto del producto y se puedan desmoldar, a decir de Ernesto Quintana este es el proceso más rápido, debido a que una vez que se llenan los moldes se dejan pasar de dos a tres minutos y se puede comenzar con el retiro de los moldes para que quede un cráneo blanco.
Una vez que se tiene la base se comienza con el decorado que consiste en colocar una mezcla de azúcar con colorantes vegetales que darán vida a cada pieza, donde también se les pega un papel rectangular en la frente y dos puntos de diversos colores que simulan los ojos.
Y el último paso es el que le da vida a la calavera que es el decorado con duyas elaboradas con bolsas de plástico, donde se vierte una mezcla de azúcar con colores vegetales y se comienza a colorear el cráneo.
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Una vez terminadas deben colocarse a secar a temperatura ambiente para evitar que cuando se empaque se rompan o manche.