- Medio Ambiente
Sufrirá Puebla el calentamiento global en 2039, alerta gobierno
La zona norte y sur de Puebla tendrán un incremento elevado de temperaturas en solo 17 años por los efectos del cambio climático, ya que para 2039 tendrían un alza de hasta 1.8 grados Celsius en comparación con la temperatura que tenían en 2015, pues así lo advierte la Estrategia Estatal de Cambio Climático emitida este lunes por el gobierno del estado.
De acuerdo con el reporte publicado en el Periódico Oficial del Estado, los municipios del sur con los cambios más radicales serían: Chiautla, Acatlán, Izúcar de Matamoros, Tepexi de Rodríguez, Tehuacán y Atlixco.
En el caso de la zona norte, los municipios más afectados serán: Xicotepec, Zacatlán, Huehuetla, Huauchinango, Zacapoaxtla y la Sierra Negra.
En San Martín Texmelucan, la zona metropolitana de Puebla, Libres, Ciudad Serdán, Quimixtlán, Chignahuapan, Acatzingo y Tecamachalco, el comportamiento de los modelos muestra incrementos de 0.8 hasta 1.4 grados.
El futuro pinta muy mal
Para el futuro lejano (2075-2099), se calcula que los aumentos de temperatura media oscilarían entre 4.8 y 4.5 grados en comparación con los rangos actuales.
Acatlán, Amozoc, Atlixco, Chiutla, Cuautlancingo, Izúcar de Matamoros, Puebla, San Andrés Cholula, San Martín Texmelucan, San Pedro Cholula, Tecamachalco, Tepeaca y Tepexi de Rodríguez serán sitios en donde el incremento llegará hasta los 4.8 grados.
También se prevé una disminución muy grande de lluvias en Acatlán, Tepexi de Rodríguez, Chignahuapan y Libres en el futuro cercano (2039).
En menor grado, serán afectados Chiautla, Izúcar de Matamoros, Tepexi de Rodríguez, Izúcar de Matamoros, Tepeaca y Tecamachalco.
Contrariamente, se prevé un incremento de lluvias en Atlixco, Chiautla y Acatlán.
Ante este panorama, las autoridades crearon una Estrategia Estatal de Cambio Climático con seis ejes que pretenden establecer acciones de mitigación y adaptación.
Los temas en los que se enfocarán son: manejo resiliente y sustentable del agua; aprovechamiento regenerativo de la biodiversidad; fortalecimiento de conocimientos y capacidades climáticas; aceleramiento de la descarbonización estatal; impulso de una cultura y economía regenerativa y la disminución integral de riesgos y vulnerabilidades.