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Discrepan cifras de gobierno y Pemex sobre robo de gas LP
Petróleos Mexicanos (Pemex) reportó que el gas robado de tomas clandestinas registra un aumento continuo desde 2019 en Puebla y en el país en general, en contraste con el Tercer Informe del Gobierno federal que aseveró que hay una reducción en el número de tomas clandestinas en la entidad.
Según el informe federal, las acciones militares para inhibir los robos de gas LP a Pemex ayudaron a reducir el saqueo en 40.1 por ciento en Puebla, estado que en 2018 ya concentraba el 76.9 por ciento del gaschicol a nivel nacional.
Pero por su parte, Pemex informó que entre enero y junio de 2018 se reportaron 41 tomas clandestinas a gasoductos en esa entidad. En el mismo periodo de 2019 hallaron 319 puntos de ordeña, mientras que en 2020 los piquetes se elevaron a 717, un promedio mensual de 59 casos.
Puebla presentó, en el periodo enero-junio de este año, 846 llaves ilegales de gas LP , que representan un promedio de 141 casos en promedio mensual, principalmente en municipios como Tepeaca, San Martín Texmelucan, Acatzingo, San Matías Tlalancaleca, Amozoc, Santa Rita Tlahuapan, Acajete, San Salvador El Verde y Palmar de Bravo.
Los piquetes a gasoductos, a nivel nacional, aumentaron 28 por ciento al pasar de 945 en enero-junio de 2020 a mil 217 en el mismo periodo de este año, la mayoría de los puntos de robo estuvieron en Puebla.
Fuentes de Pemex, referidas por el periódico Reforma, explicaron que la delincuencia organizada comenzó a extraer gas LP en territorios donde antes no lo hacía, como en el caso de las 71 tomas clandestinas registradas en San Matías Tlalancaleca, a unos 10 kilómetros de San Martín Texmelucan.
Fuentes de Seguridad Física de Pemex advirtieron que para extraer clandestinamente Gas LP se requiere información de la presión en los gasoductos y su ubicación más cercana a la superficie, por lo que acusaron la participación de trabajadores de la empresa en el gaschicol.
“No se pueden meter los perforadores (machines tappings que no sacan chispas) con una alta presión de gas, simplemente no se puede instalar una toma con una fuga con alta presión, de unos 10 bares (más de 100 mil kilos de fuerza por metro cuadrado), los criminales requieren saber cuándo no hay tanta presión en los gasoductos para perforar y poner las válvulas. “Y quién da esa información a los gasotraficantes?”, reprochó un superintendente de Seguridad Física.