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Culpa Barbosa a gobiernos anteriores por rezago social
El rezago social en Puebla es una herencia de las administraciones pasadas y ahora los recursos que deben atender la pobreza se usan para el pago de deudas “simuladas”, señaló el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta sobre el reciente estudio del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
El mandatario dijo que no pone en duda los resultados de las evaluaciones del Coneval, pero refirió que no corresponden a su administración.
El Índice de Rezago Social 2020, que presento ayer el Coneval, señala que Puebla se encuentra en quinto lugar nacional con mayor carencia en vivienda, educación, servicios públicos, y bienes del hogar.
Sin hacer un señalamiento directo, Miguel Barbosa Huerta declaró que sus antecesores no dejaron “ningún desarrollo económico” con sus obras “opulentas”, sino una deuda que cada mes representa centenares de millones de pesos que deberían otorgarse a los más pobres.
“Todo el dinero que debe dedicarse a la pobreza en Puebla hoy tiene que entregarse a las deudas simuladas de las grandes obras que hicieron los gobiernos anteriores”, comentó.
Dijo que su gobierno hace “esfuerzos de todo tipo” para revertir los indicadores negativos, pero reconoció que “es un asunto muy complicado”.
¿Qué dice el Coneval sobre las carencias de los poblanos?
En el Índice de Rezago Social 2020 del Coneval otorgó a Puebla una calificación de rezago “alto”, con 0.744, por pendientes en servicios de salud y una vivienda digna en las familias de Puebla.
El Índice revela que de los 6 millones 583 mil 278 poblanos el 36.8 por ciento de personas mayores de 15 años tiene una educación básica incompleta
Otro 29.2 por ciento carece de los servicios de salud por no contar con una inscripción en alguna institución médica pública o privada.
Además, el Coneval ubicó ocho municipios con “muy alto” rezago social y “alto” en 25 puntos de los 217 de la entidad.
En primer lugar se encuentra Eloxochitlán (2.422) en donde 68.0 por ciento de sus habitantes no terminaron su educación básica; las viviendas con piso de tierra son el 34.4 por ciento y 80.7 de las familias no tiene un refrigerador.