- Sociedad
Grupos feministas se deslindan de las pintas y ataques del 8M
Quienes hicieron las pintas y atacaron en las manifestaciones del 8M fueron integrantes de “una minoría de la derecha fascista infiltrada en las movilizaciones (…) es claro que estamos ante el escenario de represión construido por Ardelio Vargas, subsecretario de Gobernación de Puebla para desarticular el trabajo de coordinación con el Congreso”, afirman diversos colectivos feministas y organizaciones defensoras de los derechos humanos.
En un comunicado afirman que el gobierno del estado evade el fondo de la marcha, “criminalizando y devolviendo toda la carga a las mujeres. (Cuando) esta articulación tuvo como propósito exigir al Estado e instituciones el cumplimiento a las exigencias, lo cual no debe pasar desapercibido.”
Agregan que si bien su lucha puede tener demandas específicas, “nos hermana la identidad de clase con las compañeras, compañeros y compañeres de la 28 de Octubre y el intento de provocación no puede ser más que obra de personas de la derecha infiltradas. Nos deslindamos de querer asignar la responsabilidad al movimiento feminista en Puebla y denunciamos las pintas de odio contra la comunidad trans, el intento de convertir la ira de algunas mujeres contra lo que plantean como traición del Congreso en una ‘defenestración’ de la Ley Agnes por las que mujeres y hombres trans han peleado por 10 años.”
En el texto señalan que es falso lo declarado por Ana Lucía Gill, secretaria de Gobernación, porque "en el gobierno de Miguel Barbosa Huerta no se ha realizado ni siquiera una mesa interinstitucional convocada por el gobierno estatal (…) pero le tomamos la palabra a la actual titular de la Secretaría de Gobernación: pedimos que cite a las autoridades de los tres niveles del Ejecutivo, más Congreso, universidades y fiscalía para discutir sobre la Alerta de Violencia de Género contra las mujeres en las que estén incluidos familiares de víctimas, colectivas y ONGS feministas y trans, por parte de la sociedad civil. El diálogo debe incluir la discusión de la ley por la interrupción voluntaria del embarazo y la ley de desaparecidos.”
Advirtieron que existen intentos de enfrentarlas entre sí y consideraron que las declaraciones de ayer del gobierno del Estado tienen tintes electorales, por lo que “lamentamos que en vez de atender a las mujeres y víctimas utilicen la fecha para sus intereses electorales.”
Dijeron que en los medios de comunicación se ha omitido dolosamente que entre el 7 y 8 de marzo se han realizado cuatro marchas con diferentes características y mensajes, y “con ello están realizando una manipulación mediática que tiene como objetivo la desinformación y criminalización de la protesta social. Hoy por la mañana nos encontramos incluso con fotografías en medios con clara intención político-electoral que ponen a mujeres que ni siquiera viven o realizan su trabajo en la ciudad de Puebla. Exigimos que se realice un periodismo responsable y ético.”
El comunicado, firmado por más de 19 agrupaciones advierte también que “es notoria la mano de Ardelio Vargas, quien estuvo al frente de la represión en Atenco y Chalchihuapan” por lo que hacen un llamado a las colectivas feministas del país y a la sociedad poblana para que estén alerta, pues es seguro que la represión alcance dimensiones grotescas, y “rechazamos cualquier intento del gobierno estatal para desarticular el movimiento emergente de mujeres, con el objetivo de deslegitimar la lucha para no cumplir acuerdos pactados en la pasada Toma del Congreso de Puebla en noviembre 2020.”
Hicieron un llamado a las mujeres de Puebla para desterrar el machismo de las movilizaciones feministas y sociales en general: el 8M “aparte de las pintas de odio contra la comunidad trans escuchamos a mujeres alentando a gritar ‘es puto, es puto’ o ‘quiere llorar, quiere llorar’, así como pintas de ‘mujer no cis’ o ‘transactivismo es misoginia’. Recordemos que es el machismo-capitalista quien convirtió la condición de mujer y lo femenino en ‘insulto’ de este modo todo lo que no fuera hombre, blanco y cis se convirtió en algo que debía ser reprimido.”
Agregaron que por la proximidad de las elecciones el gobierno quiere atacar a quien considera su enemigo en la contienda y "nos parece terrible que en vez de atender el reclamo de las mujeres se utilice su rabia y manifestación para sus necesidades electorales y no para atender la gravedad de este problema."