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¿Dónde está la casa de mi amigo?, una película de inocencia y solidaridad
¿Dónde está la casa de mi amigo? Nos pone en los zapatos de Ahmed, un inocente niño de 8 años que ha tomado por accidente el cuaderno de su compañero. Compañero que ha sido advertido de sino vuelve a hacer los deberes será expulsado del colegio, así que debe buscarlo por su pueblo sin saber dónde vive al punto de llegar a perderse en la noche.
Este es el eje de una historia llena de inocencia y solidaridad, pero también una historia que cuenta más allá que una simple situación de escolares, trata subtextos como la disciplina, la tradición, la madurez, el entorno y la manera de relacionarnos con otras personas.
En la película Ahmed es ignorado por la mayoría de adultos con los que trata, como si no existiera o simplemente no valiera la pena escuchar lo que tiene que decir un niño, solo es tratado como una persona por los adultos mayores (entre ellos sus abuelos) y por los mismos niños que se ayudan, hablan e incluso se dan indicaciones como adultos.
En una de las reflexiones que hace el film del director de origen iraní Abbas Kiarostami (1940- 2016), plantea ver la obediencia como forma de crear tradiciones, en repetidas ocasiones se hace alusión a esta como forma de crear hábitos y se ve contrastada en dos escenas de la película; una en la que el abuelo de Ahmed habla de los viejos tiempos en los que su padre le daba céntimos y palizas para volverlo un hombre de bien haciendo un chiste sobre esta situación “podría olvidarse de darme el céntimo pero la paliza era de ley que cada 15 días” dándonos muestra de cómo la disciplina puede ser llevada al extremo de normalizarla. En la otra alusión es la que el profesor les hace al principio en la que dice “escribir en el cuaderno los someterá a la disciplina”.
En estas escenas nos cuestiona la idea de la repetición como forma para descubrir en ella el placer de realizar determinada acción o se tuerce lo suficiente para convertirnos en algo por la fuerza.
En su viaje también se encontrará con un hombre mayor que lo ayuda búsqueda, este hombre es el único con el que empatiza Ahmed, siendo para él una especie de protector no solo del muchacho sino de lo que él significa; lo venidero.
Esto se ve reflejado en la escena en la que el hombre da una flor a Ahmed, después de haberle contado con nostalgia que todo lo que ha fabricado está siendo reemplazado por lo nuevo, pero también dando a entender que sus actos son la base de lo que vendrá después, del progreso y de la manera diferente que las nuevas generaciones se enfrentarán y relacionarán con el mundo adoptando y transformando las tradiciones pasadas.
Como se ha expuesto la película es una obra que propone un diálogo y reflexiona sobre temas que hoy en día aún están en auge, sin embargo siempre es mejor que el espectador llegue a sus propias conclusiones y vaya más allá de lo que este texto propone. Quizá encuentren algo más, hasta entonces sigan experimentando el cine.