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Sangría Casera, riesgo para la salud: Tiene ingrediente cancerígeno
El refresco Sangría Casera de Pepsi Co., en su presentación de 600 mililitros, fue analizado por El Poder del Consumidor que destaca que contiene 6.6 cucharadas cafeteras de azúcar y edulcorantes no calóricos (sucralosa y acesulfame k).
Además se alertó que el producto contiene colorante caramelo IV, el cual se ha demostrado es cancerígeno.
La botella de 600 mililitros contiene 33 gramos de azúcares, lo que equivale a 6.6 cucharadas cafeteras de estos ingredientes, informa la publicación, además de que la nomenclatura que se presenta en los ingredientes es “azúcares”, pudiendo tratarse de azúcar de caña y/o jarabe de maíz, sin embargo no se especifica.
Una sola botella de esta presentación cubre el 66% de la cantidad máxima tolerable de consumo de azúcares añadidos en adultos, establecida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), y el 132% de la recomendación sugerida para evitar mayores riesgos a la salud. En el caso de niñas y niños, un envase cubre el 83% y 165% del consumo de azúcares, respectivamente.
Además de las altas cantidades de azúcares, contiene edulcorantes no calóricos (sucralosa y acesulfame K), o lo que comúnmente llamamos “azúcar de dieta” o “sustituto de azúcar”.
Estos endulcorantes son hasta más de mil veces más dulces que el azúcar. Esto genera que el paladar se habitúe a sabores intensamente dulces, lo que a largo plazo merma el gusto por alimentos naturales, advierte El Poder del Consumidor.
Otra de las alertas que hace El Poder del Consumidor que el exceso en cantidades de azúcar genera padecimientos como sobrepeso, obesidad, diabetes o enfermedades cardiovasculares.
Los ingredientes del producto son: Agua carbonatada, azúcares (azúcar y/o jarabe de maíz), concentrado sangría casera, caramelo clase IV, ácido cítrico, polidextrosas, benzoato de sodio, sucralosa (5mg/100g de producto), asesulfame K (3mg/100g de producto), rojo allura AC.
El uso y consumo de azucares artificiales es cada vez más cotidiano o “popular”, ya que se utilizan en una mayor cantidad de productos de consumo. No obstante, la ciencia ha estudiado y descubierto a través del tiempo los impactos en la salud ante el consumo de este tipo de endulzantes.
Sucralosa, asesulfame K. sobre los edulcorantes no calóricos, El Poder del Consumidor advierte:
· Generan un gusto por sabores intensamente dulces, ya que su poder endulzante es mucho mayor que el del azúcar de mesa. Esta exposición del paladar a sabores tan intensos desincentiva el consumo de alimentos naturales, debido a que no tienen forma de “competir” con este desvío en el gusto.
· Inducen al consumo desmedido como consecuencia a la interferencia que generan en centros de saciedad. Se han realizado estudios con modelos animales en donde se logra observar que el consumo puede llegar a ser hasta el doble. En pacientes con obesidad tampoco se han visto cambios significativos en el peso corporal ante su uso para bajar peso.
· Se desconocen los efectos en la salud a largo plazo ante su consumo, especialmente si son consumidos desde la infancia. Para el caso de la “sucralosa” en particular, en algunos estudios se le ha asociado con afectaciones en el tracto gastrointestinal.
Un elemento adicional que se ha atribuido al consumo de edulocrantes no calóricos es la falta de secreción de insulina.
Sin embargo, Nakagawa y cols (2009) en un estudio realizado en modelos animales observaron que la sucralosa estimuló la secreción de insulina en la presencia de concentraciones bajas de glucosa.
De igual manera, la sacarina y el asesulfame K estimularon secreción de insulina, siendo el más potente el asesulfame K.
Los autores encontraron que el receptor de sabor dulce sí se ve expresado en las células pancreáticas beta y mediante la ingesta de edulcorantes no calóricos dado a su sabor dulce estimulan la secreción de insulina a nivel pancreático. Esto genera implicaciones negativas a nivel metabólico.
Otra alerta que manda EL Poder del Consumidor es sobre el Caramelo IV, colorante que se le clasificó en California, Estados Unidos, como cancerígeno por el tipo de procesamiento al que se le somete.
El colorante se pone a presión a temperaturas altas, añadiendo sulfatos y amonio, lo que genera dos subproductos, 2-metilimidazol y 4-metilimidazol, que se ha demostrado son cancerígenos.
Son tan contundentes los estudios que en California si algún producto excede los 29 microgramos, éste debe contener una leyenda precautoria que establezca su riesgo de producir cáncer.
Al final la publicación no se recomienda su consumo, debido a las altas cantidades de azúcares, edulcorantes no calóricos y colorantes como el caramelo IV.
Aquí la radiografía completa
https://elpoderdelconsumidor.