Un año y cuatro meses después de su liberación, Dulce María Silva Hernández, considerada presa política del ex gobernador Rafael Moreno Valle Rosas, contrajo nupcias en Puebla con César Yáñez Centeno, ex vocero del presidente de la República electo, Andrés Manuel López Obrador.

Un automóvil de colección de los años 50 transporta a la novia y la deja a la entrada de Santo Domingo en pleno Centro Histórico de Puebla. Enfundada en su vestido blanco camina por el atrio hacia la capilla del Rosario. 

Previamente César Yáñez abre los brazos frente a las cámaras y afirma que “triunfó el amor”, al tiempo que se enfila a su destino ataviado en un frac negro con chaleco blanco.

Morenistas toman Puebla

Policías municipales y estatales, así como la seguridad personal del gobernador José Antonio Gali Fayad instalan un cerco de seguridad sobre la avenida 4 Oriente y Poniente y sobre la calle 5 de Mayo.  

Con la llegada de los invitados pronto se cierra la circulación sobre la 4 Poniente. La gente ve con extrañeza desde las barricadas. Unos tachan la celebración como “fifí”, otros más esperan a López Obrador para saludarlo o hacerle peticiones. La espera es en vano porque el también presidente electo no llega al templo. 

Operativos similares eran propios del sexenio de Moreno Valle. Esta vez ninguno de sus colaboradores está presente. Ni siquiera el gobernador Gali Fayad que fue invitado. 

La escena la protagonizan lopezobradoristas como el ex gobernador Manuel Bartlett, Ricardo Monreal Ávila, Alfonso Romo y Beatriz Gutiérrez Müller (esposa del presidente electo) y figuras locales como Alejandro Armenta Mier, Nancy de la Sierra Arámburo, José Juan Espinosa Torres y la alcaldesa electa, Claudia Rivera Vivanco. Como si hubieran tomado por asalto el Centro de Puebla. 

Un mensaje político

En 2016 Silva Hernández fue recluida en el penal San Miguel, luego de que fue acusada por la Fiscalía General del Estado (FGE) de haber recibido de Edmundo Tiro Moranchel los derechos de un terreno frente a Angelópolis, el cual estaba en litigio. 

Tan solo dos años después se casó en la capital del estado que alguna vez gobernó Rafael Moreno Valle, a quien acusó de detenerla con fines políticos.

Al llegar a la ceremonia religiosa Alejandro Armenta repara que como ella otros simpatizantes de López Obrador fueron perseguidos políticos del ex gobernador, por lo que el mensaje de la boda es claro. 

En contraste, Ricardo Monreal se asume como habitante de la República amorosa y afirma que el único mensaje era “el amor” entre dos lopezobradoristas.

“No los multamos porque son de López Obrador”

La ceremonia eucarística apenas terminó. Los invitados reciben a los novios en el atrio del templo del siglo XVII. Un par de muñecos gigantes siguen sus pasos, mientras el mariachi entona “novia mía”. 

En la calle la realidad es diferente. Una fila camionetas Suburban esperan a los políticos y complican el tráfico. Los agentes de tránsito no los infraccionan porque son vehículos de “gente de López Obrador”.

El tráfico se desquició por unas horas por el traslado de los invitados en cuatro trolebuses turísticos, custodiados por agentes de vialidad.

Calles adelante el festejo continuó en el Centro de Convenciones de Puebla, donde hasta entrada la noche era una expectativa el arribo de López Obrador.

Fotos Agencia Enfoque