• Sociedad

Niños contratados por el delito son más que los menores que trabajan

  • Kara Castillo
Alfonso Poiré Castañeda, de la organización civil Save the Children, propone un programa de emergencia nacional para salvar a las víctimas de esa catástrofe
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La cifra de niños explotados por la delincuencia organizada podría triplicar los 2.5 millones de menores trabajadores en México, coincidieron expertos en el foro “La Protección de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes en materia de Trabajo” organizado por la Comisión Nacional de Derechos Humanos y la CDH Puebla.

En el evento donde participó Leonardo Mier Bueno, representante adjunto de la UNICEF, se expuso que aunque Puebla ocupa el tercer lugar nacional con 208 mil 450 menores trabajadores, el fenómeno del robo de combustible conocido como “huachicol” podría disparar la cifra.

Ismael Eslava, Primer Visitador de la CNDH reveló que en México se calculan 2 millones 475 mil 989 niñas, niños y adolescentes, de 5 a 17 año, que trabajan y de los cuales  1 millón 728 mil 951 son hombres y 747 mil 38 , mujeres.

Al menos, dijo, 915 mil 309 niños no asisten a la escuela por trabajo; 2 millones 217 mil 648 laboran en ocupaciones no permitidas y 1 millón 330 mil 607 realizan una actividad peligrosa.

En la estadística nacional que maneja la CNDH, es el Estado de México el que ocupa el primer lugar con menores de edad trabajando, con 286 mil 153. Sigue Jalisco con 220 mil 116 y después Puebla con 208 mil 450 niños trabajadores.

Expertos reconocieron que el crimen organizado podría ya en estos tiempos haber reclutado a más niños que los tres sectores tradicionalmente conocidos: agropecuario, servicios y comercio.

En Puebla, la nueva ocupación de halconcitos se suma a las actividades enmarcadas dentro de la clasificación de las peores formas de trabajo, que incluye esclavitud, explotación sexual, tráfico de drogas, trabajo agropecuario, minas, fábricas y el hogar.

Alfonso Poiré Castañeda, representante de la organización civil Save the Children y académico de la Universidad Iberoamericana,  aseguró que pese a que cada vez más se registra informalmente la inclusión de niños en prácticas intolerables, reconociendo que su vida e integridad está de riesgo, la cifra oficial del trabajo-esclavo en el país se desconoce pues no hay voluntad política ni ánimo para conocerla.

“Me temo que la cifra de menores reclutados por grupos de delincuencia organizada, sometidos a trata de personas, en líneas de sobrevivencia,  explotación infantil, sujetos a prácticas intolerables podría superar la de los 2.5 millones de niños que participan en alguna actividad económica”, subrayó

“Y lo desconocemos porque no queremos construir la estadística. Eso tendría que obligarnos a repensar seriamente las políticas públicas, la situación de este país y ver lo que no queremos ver: el fracaso de este modelo económico depredador y excluyente”, dijo.

Propuso a los gobiernos de todos los niveles a crear un Programa Emergente para  menores tal como la que se implementa ante una catástrofe natural.

“Cuando hay una declaratoria de emergencia donde hay gran población en riesgo, el país entero se organiza y se vuelca a sanar esa eventualidad en  la que se aborda a la víctima como damnificado. ¿Por qué no se hace una estrategia similar?”, recomendó.

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