Integrantes del Movimiento Digna Resistencia quemaron el libro La Fuerza del Cambio, escrito por el exgobernador Rafael Moreno Valle, acto con el que concluyó la ceremonia luctuosa dedicada a siete burócratas que fallecieron sin haber recibido su finiquito ni prestaciones de ley, en la ola de 15 mil despidos injustificados y en medio de un pleito laboral con el gobierno del estado.

Al pase de lista que se leyó en la explanada del Teatro Principal, en la capital poblana, se incluyó el nombre de Julio Contreras extrabajador de la Contraloría del Estado, que falleció el pasado 17 de mayo, a los 52 años, de un infarto.

Así, su nombre se anexó al de José Luis Hernández Montiel, de la Secretaría del Transporte; Andrea Vidal Bello, del Registro Público de la Propiedad en Teziutlán;  Raúl Montoya Herrera, del Colegio de Bachilleres;  José Luis Ortiz Aragón, director General de Gobierno; Leticia de la Llave Vega, de la Secretaría General de Gobierno–Dirección General del registro civil.

El acto de protesta fue abierto con una carta que escribió Julio Contreras, dos días antes de su muerte, para un mitin contra Rosalía Barranco, secretaria general del Sindicato de Trabajadores al Servicio de los Poderes del estado y Organismo Descentralizados, organización a la que acusaron de ser omisa ante la violación de derechos laborales de sus afiliados.

Eduardo Contreras, hijo de Julio Contreras, leyó la misiva visiblemente afectado frente a los cientos de personas que se habían reunido en la explanada: “Les queremos preguntar si saben para qué sirve un sindicato, pero creo que usted ni siquiera ha pensado en esto….” fue la primera línea escrita por el extrabajador.

La manifestación fue convocada por el Movimiento Digna Resistencia que encabeza el ex líder sindical Marco Antonio Manzano, frente al Teatro Principal, en cuyo interior  Rosalía Barranco encabezaba un acto por el Día de la Madre y el Día del Padre.