• Educación

Aprender desde el juego, camino para potenciar a México: niña prodigio

  • Jaime Zambrano
Dafne Almazán Anaya, a sus 15 años de edad, estudia la maestría en Educación en el Tecnológico de Monterrey
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México cuenta con la posibilidad de lograr un desarrollo en beneficio de la sociedad si establece como base en sus jóvenes el aprendizaje a partir del juego, dos áreas que no están peleadas.

Así lo explicó Dafne Almazán Anaya, niña prodigio que a sus 15 años estudia la maestría en Educación en el Tecnológico de Monterrey, quien destacó que México debe impulsar el desarrollo de la ciencia desde la niñez.

“Hay muchas ventajas. México tiene gran potencial en diferentes áreas. Hay un gran potencial y solo hay que usarlo para poder mejorar en todas las áreas”, apuntó.

Tras participar en el encuentro de mentes brillantes Ciudad de las IdeasAlmazán Anaya señaló que el juego, una actividad espontánea y libre, debe regir los actos del ser humano porque comienza en la imitación y sigue por los caminos de la invención y, al final, encuentra una solución no prevista. 

Cuestionó que la sociedad actual esté más interesada en el progreso que en la civilización, más atenta a la productividad del ser humano que su plenitud.

“Yo sigo y seguiré jugando. El juego nos hace transitar entre leyes y reglamentos, por las guías de la dirección del espíritu. En la práctica conocimos que el juego, pariente cercano del ocio y la diversión tiene en nuestras vidas”, comentó.

Respecto a su vida como niña genio, Almazán Anaya comentó que se ha mantenido cercana al juego y a los libros, pasando cada meta que se establece de forma feliz.

Recordó que terminó la primaria a los seis años, un año después la secundaria, luego cursó la preparatoria en dos años; a los 10 años de edad empezó a estudiar la carrera de psicología que la terminó en tres años; y hace un año comenzó la maestría.

“Entré como cualquier niño a la primaria a los seis años, solo que ya tenía conocimientos previos de biología, química y matemáticas y la pude concluir en un año. A los siete años entré a la secundaria y la concluí en un año. A los ocho años comencé la preparatoria pero no tenía tanto contacto con mis compañeros. Terminé a los 10 años la preparatoria. En tres años hice la licenciatura y comencé la maestría en Educación a los tres años y me falta un año para terminarla. Tengo tres certificaciones en la Universidad de Harvard”, comentó.

Por último, Almazán Anaya señaló que, actualmente, realiza estudios sobre el aprendizaje y sobre el funcionamiento de la mente para impulsar mejores estrategias de educación.

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