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Enfermedad del ojo seco: una amenaza de mucho cuidado
Una visita al oftalmólogo una vez al año puede ser la manera de evitar la molesta enfermedad del ojo seco. Una enfermedad que azota principalmente a adultos, pero puede afectar a niños y adolescentes, quienes pueden llegar a percibir sensación de dolor, irritación, visión borrosa, ojos llorosos y aumento de sensibilidad a la luz.
La Academia Americana de Oftalmología indica que este mal se da cuando la gente no tiene la cantidad y calidad de lágrima para lubricar el ojo, específicamente la córnea, lo cual puede provocar infecciones y nublar la visión.
Expertos nos cuentan que la película lagrimal está formada por tres capas: lipídica, acuosa y mucinosa, encargadas de proteger, reducir evaporación, limpiar el ojo, eliminar irritantes y humectar adecuadamente.
Es un problema que se sufre más con la edad y se estima que 3.2 millones de mujeres y 1.68 millones de hombres mayores de 50 años presentan síntomas del padecimiento.
Entre las causas del ojo seco destacan la edad, reemplazo hormonal estrogénico, antihistamínicos, radioterapia, deficiencia de vitamina A y hepatitis C, señala Alejandro Navas, médico en el Departamento de Córnea y Cirugía Refractiva del Instituto de Oftalmología Conde de Valenciana.
Otros factores de riesgo con moderada evidencia, menciona, son diabetes, VIH, quimioterapia sistémica y disfunción ovárica, entre otros.
La enfermedad de ojo seco con frecuencia constituye un reto de diagnóstico.
“Identificar el padecimiento conlleva a la revisión de párpados, frecuencia de parpadeo, cantidad y calidad de la producción de lágrima, medir la altura del menisco lagrimal inferior, sensibilidad corneal y evaluación de las estructuras oculares.
“Además, es importante aplicar un método de contraste para evaluar el desarrollo de la enfermedad. En algunos casos es necesario realizar pruebas para determinar la cantidad y calidad de la película lagrimal.
“Una persona realiza aproximadamente de 15 a 20 parpadeos por minuto; cuando la vista se expone a un aparato electrónico, la cifra puede descender a la mitad o incluso a una menor cantidad, provocando resequedad en la córnea”, señala el Navas.
El padecimiento es considerado como una enfermedad multifactorial, con malestar, alteraciones visuales e inestabilidad de la película lagrimal, lo que promueve inflamación de la superficie ocular.
El padecimiento no puede ser erradicado en su totalidad, sin embargo es posible emplear tratamientos acorde con las necesidades de cada paciente para mantener la lubricación de los ojos.
Otros tratamientos como el bloqueo de los conductos lagrimales y medicamentos antiinflamatorios de la superficie ocular, suelen ser requeridos cuando el ojo seco se encuentra en una etapa avanzada. Añadir lubricantes oculares suele ser recomendado para la mayoría de los pacientes.
“El uso de pantallas, teléfonos inteligentes, videojuegos y dispositivos digitales pueden provocar fatiga visual y sensación de sequedad, debido a la reducción de parpadeos por minuto”, asegura Navas.
Es recomendable sentarse a 60 centímetros de distancia de las computadoras, mantener el monitor hacia abajo, reducir su brillo, usar lubricantes, recordatorios de parpadeo y descanso que sigan la regla 20-20-20: cada 20 minutos, mirar 20 segundos a un objeto a unos 6 metros.