Será hasta dentro de tres décadas cuando el conflicto que hoy vive Siria y que ha desplazado a millones de personas llegue a su fin, pues aunque ahora cesará el fuego, la reconstrucción del país y de su economía llevará mucho tiempo, así como el regreso de la población que ahora salió principalmente hacia Europa.

Así lo consideró la académica Benedetta Berti, quien esta mañana impartió la conferencia “Después de las primaveras políticas. Los nuevos escenarios del conflicto. Lecciones para América Latina”, en la Ibero Puebla, como parte de la Cátedra Alain Touraine.

Expresó que hasta ahora la comunidad internacional no ha hecho lo suficiente para que se termine con este conflicto, pero sobre todo para lograr hacer algo con las personas que han sido desplazadas ante la ola de violencia y la falta de oportunidades que padecen en Siria para poder sobrevivir junto con sus familias.

Uno de los grandes temores es que los sirios se conviertan en “ciudadanos de segunda” en los países en que ahora se refugian y que son Líbano, Jordania y Turquía, pues en esos lugares no tienen permiso para poder trabajar, sino sólo para vivir mientras persiste el conflicto en su nación. En contraparte, dijo, lo que sí tienen los desplazados son “opciones malas, como integrarse a grupos armados o criminales, no van a tener la opción de integrarse a la economía formal”.

Benedetta Berti expuso que en Siria existen por lo menos cuatro guerras abiertas al mismo tiempo, pues no sólo se trata de ir en contra del gobierno, sino de conflictos entre grupos rebeldes internos.

“Esta es la emergencia más grave que hemos enfrentado desde la segunda guerra mundial, los números nos ayudan a comprender esto mejor, hasta ahora 13 mil personas han sido asesinadas, 1 millón han sido heridas, pero lo peor, los números aún más espantosos son los de los refugiados y desplazados; de 22 millones de habitantes en Siria, 4 millones dejaron de vivir ahí, 80% se fueron a Turquía, Líbano y Jordania”.

En Líbano más de 40% de la población es refugiada, eso impacta en infraestructura de salud, educación, es como si mañana todos los habitantes de Canadá se mudaran a Estados Unidos de golpe, dijo al tiempo de agregar que ocho millones más se desplazaron dentro de comunidades de su propio país.