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Ahora navegando a vela por Finistierre, el final de la tierra
Al final y tal como se esperaba, la carrera de velocidad a vela, efectuada frente al puerto de Lisboa en Portugal, ha resultado una reñida lucha, pues estando ya cerca la conclusión de la regata con 7 veleros que ha dado la vuelta al mundo; los puntos obtenidos se convierten en oro puro, ya que restan sólo dos etapas, o “legs” más y un par de regatas “in port”. En una lucha espectacular enfrente de miles de aficionados a este deporte, las dos naves que se diputaron el primer lugar lo hicieron en verdadera pelea vela a vela; resultando triunfadores, como en una entrada final de carrera hípica, por “una nariz” los del equipo español MAPFRE, seguidos por quienes venían a distancia menor de unos píes, los de los Emiratos Árabes, el TEAM ABU DHABI, que conserva el liderato absoluto de toda la VOLVO OCEAN RACE. En tercer puesto a cruzado la meta el TEAM AVIMEDICA.
Toca ahora a los veleros, poner proa y penetrar en el Finisterre: “Camino al fin de la tierra”, como se denomina la visita a este lugar, también llamado “Fisterra”. Situado en la parte más al norponiente de la península Ibérica, en Galicia desde los tiempos en que esas tierras eran territorio del Imperio Romano, se pensaba y afirmaba que ese punto era precisamente el “final de la tierra”, basándose en la creencia y afirmación de que la tierra era una plataforma, que en ese punto terminaba convirtiéndose en un precipicio, punto de desplome de todo barco o individuo al llegar ahí caían al infinito, ocurriendo que al cruzar este punto desaparecían barcos y navegantes. Todavía en el siglo XVI; ya después de descubierto el nuevo mundo y comprobada la redondez de la tierra, continuaban ahí naufragando barcos, buques y galeones de la época, entre ellos el célebre galeón español “Ribadeo”. La situación de este punto geográfico le expone a fuertes, temibles y a veces insoportables vientos.
Chocan ahí fuertes corrientes marinas, los oleajes son tremendos y amenazantes y golpean con furia los costados y quillas de los barcos.
Por ello es que los tripulantes de los veleros de la OCEAN RACE se expresan en estos términos: “algo completamente diferente, un viaje a lo desconocido”. “A nadie agrada introducirse e ir en contra de esos tremendos vientos”. “La etapa 8, es de muy difícil control, pero, Loriente es como nuestra segunda casa y felices vamos a ella de regreso”: Charles Caudrelier del DONGFENG racing.