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Respeto y diálogo serán los ejes de mi rectorado: Esparza
En la universidad es donde confluyen todo tipo de ideas, por eso en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla “se promueven el diálogo, el respeto y sobre todo las relaciones entre los universitarios para que podamos juntos hacer una mejor universidad”, aseveró el rector Alfonso Esparza Ortiz, al tiempo de enfatizar que éstos serán los ejes de su gestión.
Al presidir la conferencia “El rector digno”, realizada en la Casa de la Bóveda para recordar a Javier Barros Sierra, quien fue rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en 1968, Esparza Ortiz expresó su admiración por este gran universitario que se enfrentó al presidente Gustavo Díaz Ordaz para reivindicar la dignidad universitaria.
“La autonomía no es una idea abstracta, es un ejercicio responsable que debe ser respetable y respetado por todos”, abundó, “Javier Barros es un referente a nivel nacional y mundial por la defensa de la autonomía y democracia de las instituciones’’.
Durante la ponencia Cristina Barros Valero, maestra en Letras por la UNAM, indicó que su padre Javier Barros Sierra fue un humanista que no concibió otro camino que el de la educación.
“Una educación amplia y formativa en la que las palabras estuvieran apoyadas en ejemplos de vida. Es precisamente a la juventud en formación a la que dedicó sus mejores esfuerzos como maestro, director de su propia escuela, la de Ingeniería, y principalmente como rector de la UNAM”, señaló.
En su etapa como rector estableció el sistema de créditos y alentó el intercambio entre las áreas de ciencias y humanidades al permitir a los estudiantes cursar materias optativas en cualquier plantel de la UNAM; estableció la comisión de nuevos métodos de enseñanza y fundó el Centro de Investigación de Materiales y el Laboratorio Nuclear, por mencionar algunas de sus acciones.
La educación, resaltó la ponente, es un factor fundamental para el desarrollo económico y social “ya que las consecuencias de no haberlo comprendido están hoy a la vista’’. Al recordar las frases que su padre expresaba citó: “no se trata de que las instituciones preparen como si fueran mercancías el número preciso de personas que se supone van a necesitarse en la abogacía, ingeniería, química, medicina o arquitectura, sólo lo entenderían así los financieros cortos de vista”.
Por lo que señaló: “En estos momentos críticos hagamos nuestras las palabras que Barros Sierra dirigió a los universitarios en 1967: Lo que se ha llamado la apertura al diálogo es el único camino de los hombres, la razón y no la violencia, la discusión y no la injuria o la condena, la educación y no la represión”.
La universidad, agregó Cristina Barros Valero, “tiene una misión principal: formar hombres, educarlos, hacerlos útiles a México, sólo así se logrará el ideal de Javier Barrios Sierra”.
Por otra parte, expresó la fortuna de tener cerca a un hombre con honestidad, espíritu de justicia, dignidad, valor e inteligencia para entender sus tiempos: “Casi nunca me refiero a él en público, no es fácil ser objetiva cuando se trata de un ser tan cercano: mi padre”, a quien describió como un hombre con mirada cálida y profunda, hogareño y con pocos, pero buenos amigos.
Javier Barros Sierra definió en 1959 la cualidades del funcionario público: “Siguen siendo y seguirán siendo las cualidades esenciales del hombre de Estado, aparte de la inteligencia, el buen sentido que implica la prudencia, la ponderación y la serenidad; la intuición certera y la decisión valerosa, todas esas virtudes radicadas en una entrega sacrificial a la patria, sin ello los enormes complejos de México no podrán ser resueltos”, recordó su hija.