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La absolución de Sture Bergwall, el “Asesino Serial” que inventó todos sus crímenes

  • Rolando Lino y Yazmin Evia
La absolución Sture Bergwall, el “Asesino Serial” que inventó todos sus crímenes
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El sueco Sture Bergwall confesó –con lujo de detalles- haber cometido 30 crueles asesinatos. En 1991 un tribunal lo declaró culpable de 8 homicidios, y desde entonces fue ingresado al hospital psiquiátrico Säter (especializado en criminales dementes). Dos décadas después –el 30 de julio de 2013- Bergwall fue absuelto: las pruebas afirman que nunca asesinó a nadie y su único crimen es ser mentiroso compulsivo.

Bergwall ha confesado que solo deseaba llamar la atención, porque en aquel momento estaba muy solo y además deseaba ser famoso. Ahora su nombre ha dado la vuelta al mundo, con el mote del “Mentiroso más Grande de Suecia”.

Bergwall fue criado con estrictas creencias pentecostales; y desde los 14 años se asumió como gay. Comenzó a experimentar con drogas (anfetaminas eran sus favoritas) y a la edad de 19 años fue acusado de abusar sexualmente de cuatro adolescentes. Más tarde trató de apuñalar a un antiguo amante. En 1990 robó un banco local vestido con un traje de Santa Claus, pero un empleado lo reconoció. Fue recluido en el hospital Säter para recibir tratamiento psiquiátrico, y ahí confesó que había cometido múltiples homicidios.

Mentiroso descubierto

En 1990 Bergwall se autonombró  “Thomas Quick, el Mayor Asesino Serial de Suecia”. Bergwall se las arregló para engañar a los jueces, psiquiatras y periodistas. Declaró paso a paso cómo había mutilado, violado y hasta comido los restos de sus víctimas. Su “fama” le duraría años hasta que en 2008 fue desenmascarado por Hannes Rastam, uno de los más respetados documentalistas de Suecia.

Después de Visitar a Bergwall y de investigar los archivos sobre el caso con documentos de la corte, notas de terapia y los interrogatorios policiales; Rastam llegó a la sorprendente conclusión de que no había una sola prueba que inculpara a Bergwall. No había rastros de ADN, ni armas de asesinato, ni testigos y nada aparte de sus confesiones. Hannes Rastam publicó sus indagaciones en el libro “Thomas Quik: El Inventor de un Asesino Serial”, que generó toda una protesta pública y un escándalo judicial.

“Estaba sumido en una profunda soledad. (…) Yo quería ser esa persona interesante. No quiero ser una persona gris. Quería ser otra cosa”, le confesó Bergwall a la revista GQ. También reveló que durante su medicación había recibido fuertes dosis de benzodiacepinas, y eso lo hacía alucinar.

“Yo era una persona muy solitaria, cuando empezó todo. (…) Estaba en un lugar con criminales violentos y me di cuenta de que el peor o más violento o más grave delito, causa mayor interés al personal psiquiátrico. También quería pertenecer a ese grupo para ser una persona interesante aquí”, le contó Bergwall a The Guardian.

Fracaso judicial

El escándalo provoco que el tribunal reabriera el caso. Después de analizar las pruebas, Bergwall  fue absuelto de los ocho asesinatos. La conclusión es clara: fue reconocido como asesino en serie, pedófilo, necrófilo, caníbal y sádico; pero es sólo un hombre con una excesiva propensión a decir mentiras. Su caso es considerado ahora un gran fracaso del sistema judicial del país nórdico.

Bergwal confesó que acudió a la Biblioteca Real de Estocolmo para leer en periódicos sobre casos de homicidio sin resolver. Bergwall memorizaba detalles significativos de los informes relacionados con la posesión del cuerpo, la escena del crimen o el atuendo de la víctima; y más tarde los “confesaba” durante los interrogatorios policiacos. Incluso leyó el libro de Bret Easton Ellis “American Psycho” (“Psicópata Americano”).

“No tuve que hacer mucho para contar las historias. Por lo general, un solo artículo del periódico era suficiente. El resto de la información siempre se produjo durante los interrogatorios de la policía”, declaró el supuesto asesino serial.

¿Un delito menor?

No obstante, hay quienes piensan que su delito no es menor; ya que a causa de sus mentiras los verdaderos asesinos de los crímenes que se imputó jamás fueron encontrados. Jenny Küttim, quien fuera investigadora de su caso durante tres años, estaba horrorizada: “hay un montón de asesinos por ahí que nunca fueron atrapados o enviados ante la justicia”.

Los asesinatos que Bergwall se imputó fueron cometidos en Suecia, Noruega, Dinamarca y Finlandia; entre los años 1964 y 1999. Hoy ya se sabe que son crímenes sin resolver.

Desde el hospital psiquiátrico en que se encuentra recluido actualmente (a tres horas de Estocolmo) el ex asesino serial publica periódicamente en su blog y su cuenta @StureBergwall de Twitter cuenta con 5 mil 500 seguidores.

“Hoy es un día de alegría y reflexión”, escribió en su blog tras conocerse la decisión que anulaba su condena. También se ha abierto a la prensa, dando entrevistas a casi cualquier medio que se lo solicite. Sus temas predilectos: libertad y muerte.

Jenny Küttim recuerda que “mucha gente construyó su carrera con el caso de Thomas Quick y hoy tienen mucho que perder”. Tal es el caso del juez Göran Lambertz, quien aún sigue sosteniendo la culpabilidad de Bergwall: “Creo que Sture Bergwall nos está engañando ahora, eso es lo que pienso. Yo no creo que sea inofensivo”.

Bergwall tiene hoy 63 años y su salud mental está siendo evaluada con miras a otorgarle de nuevo la libertad. “Voy a caminar en línea recta y a seguir adelante”, dice el supuesto asesino, que muy pronto podría poner fin a su confinamiento de 23 años en un psiquiátrico. (Con información de The Guardian, Time y GQ) (Twitter: @rolandolino)

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