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Recibe Alto Comisionado de la ONU expediente sobre Karla Romero

  • Kara Castillo
El caso de la menor desparecida en San Pablo del Monte, Tlaxcala, fue expuesto por su madre
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El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en México recibió ayer un informe del caso de Karla Romero Tezmol, niña desaparecida  el 13 de enero en San Pablo del Monte, Tlaxcala, informó Miriam Pascual, integrante de los Abogados del Grupo de Acción por los Derechos Humanos y la Justicia Social y la Red Retoño.

La abogada agregó que se espera un estudio de caso de parte del Alto Comisionado de la ONU que visibilice la grave situación que se vive en la región.

Por su parte, Olga Tezmol Juárez, madre de Karla, confirmó que la alerta de búsqueda Karla fue suspendida el jueves pasado, aunque la Procuraduría General de la República ha emitido otras estrategias que intentarán dar con su paradero.

Al ofrecer su testimonio durante  el XIII  Informe del Centro Fray Julián Garcés Derechos Humanos y Desarrollo Local A.C. el jueves en la ciudad de Tlaxcala, , Olga Tezmol Juárez destacó que  “cuando comencé a recibir asesoría jurídica por parte del Grupo de Acción por los Derechos Humanos y la Justicia Social y la Red Retoño. Me enteré que no existía una Averiguación Previa por la desaparición de mi hija, que sólo había un Acta Circunstanciada, es decir, una constancia de hechos, como si se me hubiese perdido una cosa, o un documento. No podía creerlo”, dijo

Olga describió la ineficacia de las autoridades que incluso llegó a la pérdida de los videos en puntos clave donde su hija estuvo y  la advertencia de Alicia Fragoso Sánchez, la procuradora de Tlaxcala que le pidió no hablar con nadie del caso ni difundir la fotografía

“Pero me pregunto –añadió- : ¿a cuántas familias de desaparecidas no les ha pasado lo mismo? ¿Cuántas familias de niñas y mujeres han creído en los discursos incoherentes de la procuradora Alicia Fragoso, y siguen esperando justicia a ciegas? ¿Qué ocurre con todos esos casos de menores desaparecidas, cuyos familiares no cuentan con abogados o personas cercanas que los asesoren respecto de qué hacer; de cómo movilizarse ante las instancias oficiales correspondientes?”

También se preguntó: “¿si en el caso de Karla, que cuenta con una defensa legal que conoce de la materia y que logró que la averiguación previa sea atraída por la FEVIMTRA, no se ha logrado dar con el paradero a más de 90 días de desaparición, qué se puede esperar en otros casos?”

Olga hizo un llamado a las familias para organizarse y enfrentar la violencia institucional que se vive en el país.

El caso de Karla Tezmol es acompañado por el Centro Fray Julián Garcés Derechos Humanos y Desarrollo Local, que en su informe anual  denunció  la omisión del gobierno en turno para aplicar las leyes y políticas públicas, establecidas para erradicar toda forma de violencia hacia la mujer, sigue generando que a las mujeres se les desaparezca, explote sexualmente o incluso se les asesine por razones de género.

 

Testimonio íntegro de Olga Tezmol Juárez, madre de Karla Romero Tezmol

 

 

Mi hija Karla Romero Tezmol nació en San Pablo del monte el 9 de abril de 2004.

La última vez que la vimos fue el 13 de enero de 2016, cuando salió de casa con rumbo a la escuela primaria Cuauhtémoc, en San Pablo del Monte, Tlaxcala. Ella siempre iba acompañada de su hermano Rafa, quien estudia en la misma escuela, pero ese día, rafa no tuvo clases porque su maestra se enfermó.

El día de su desaparición no pude ir a dejarla, pues tengo otra bebé recién nacida, así que le presté mi celular para que se comunicara conmigo en cuanto llegara a la escuela, pues en San Pablo del Monte siempre han existido rumores de que desaparecen niñas y jovencitas, rumores que yo no creía, pero que siempre nos hacen tomar precauciones a las madres en San Pablo, así que quería cerciorarme que mi hija estaba bien.

Le envíe varios mensajes, pero no me contestaba, creí que era porque ya habían empezado sus clases, le llamé por teléfono, pero no me contestó. Envié a su hermano para dejarle el lunch, pero mi hijo regresó llorando, mencionándome que su hermana no había llegado a la escuela.

Buscamos con vecinos, familiares, su ropa, sus pertenencias estaban completas, no me faltaba dinero, ninguno de sus compañeros se había ido de pinta, mi niña no estaba, y todo indicaba que había sido llevada por la fuerza.

A las 2 de la tarde, hora de la salida, confirmamos que Karla había sido desaparecida, así que nos dirigimos a la Procuraduría del Estado de Tlaxcala, y ahí comenzamos a ver que la justicia para las niñas y mujeres de Tlaxcala es inexistente, sobre todo si no eres abogado o abogada, o no tienes recursos para pagar uno.

Primeramente se negaron a activar la alerta Amber, bajo la justificación que mi hija se había ido con el novio, o que seguro fue un capricho de niña al irse por su propia voluntad, ya regresaría. Posteriormente, en lugar de investigar dónde estaba mi hija, se dedicaron a investigarnos a mi esposo y a mí, hurgaron en nuestra casa, revisaron cisterna, lavadora, removieron la arena que mi esposo, quien es albañil, tenía en el patio, para ver si no estábamos escondiendo ahí el cuerpo de nuestra hija.

El 4 de febrero, cansados de tanta corrupción, fuimos a México, dimos una rueda de prensa, y al siguiente día activaron la alerta amber, después de 21 días, y por la presión social. Cuando denuncié, la procuradora, Alicia Fragoso Sánchez,  me decía que no difundiera la foto de mi hija, que no dijera nada a los medios de comunicación, que ella investigaría, que los periódicos son malos, que son amarillistas, y que si me atrevía a llamar a la prensa, que ella no daría declaración alguna.

Cuando comencé a recibir asesoría jurídica por parte del Grupo de Acción por los Derechos Humanos y la Justicia Social y la Red Retoño, me enteré que no existía una Averiguación Previa por la desaparición de mi hija, que solo había un Acta Circunstanciada, es decir, una constancia de hechos, como si se me hubiese perdido una cosa, o un documento. No podía creerlo.

Desde que interpusimos la denuncia, estuvimos esperando pacientemente y temerosos, que nos dieran alguna noticia sobre nuestra hija, pero no, pasaron 21 días para que comenzaran a trabajar.

Como la Procuradora no nos dio copia de nuestra denuncia, ni tampoco activó una alerta amber, no teníamos una ficha de la procuraduría con la foto de nuestra hija para difundirla, así que mi esposo y yo elaboramos una, le pusimos nuestros números telefónicos.

Comenzamos a recibir llamadas, siempre que recibíamos una llamada le notificábamos al personal de la Procuraduría a través de la policía investigadora. Algunas de esas llamadas no eran de extorción, nos daban datos de quien posiblemente se había llevado a nuestra hija, de donde se encontraba, y hasta un familiar de dos desaparecidas nos mencionaba que podría ayudarnos porque él había logrado rescatar a una de ellas. Siempre que notificábamos esto, la policía investigadora intimidaba a esos posibles testigos.

Otros testigos de San Pablo del Monte que poseen información y que vieron como mi hija era raptada tienen miedo de denunciar, pues los policías de investigación de la Procuraduría de Tlaxcala los intimidaban, ahora pienso que lo hacían a propósito.

Hemos solicitado a la Procuradora que el Acta Circunstanciada la eleve a rango de Averiguación Previa, y la respuesta rotunda ha sido NO. Porque ella considera que no hay un delito que perseguir. Mi niña desapareció en San Pablo del Monte, Tlaxcala, lugar que, de acuerdo con estudios de la Organización de las Naciones Unidas, ha sido identificado como uno de los focos rojos del fenómeno de la trata de mujeres en el país. ¿Cómo es posible que la procuradora de Tlaxcala no haya tomado esto en consideración para valorar el riesgo en el que se encuentra mi hija?

Nunca tomaron en cuenta la información que íbamos recabando sobre la desaparición de nuestra hija, hasta que el 2 de febrero recibimos la llamada de una persona que nos dijo que había visto a mi hija siendo explotada en una calle del centro histórico de Puebla. Como nunca nos tomaban en cuenta, me trasladé con unos familiares y vecinos a ver si el hotel y la calle existían, y sí, sí existían, estuvimos como 5 horas esperando afuera, hasta que un amigo nuestro se desesperó, se acercó al hotel donde supuestamente tenían a nuestra hija, se acercó a preguntar por un servicio, y la trabajadora sexual le respondió que no se podría, que habría un operativo. Yo no había dado esta información a la Procuraduría, pero en ese lugar, ya sabían que habría un operativo para buscar a mi hija, pues en el expediente está una solicitud de colaboración con Puebla para realizar un cateo en ese lugar.

Una video grabación donde aparece el trayecto que mi hija siguió el día de su desaparición ha sido destruido, pues los policías entregaron la copia de una grabación fechada un día después de la desaparición, nunca se cotejaron con otras grabaciones, nos enteramos de eso después, cuando comenzamos a recibir asesoría jurídica.

Desactivaron la alerta de búsqueda de mi hija el jueves pasado, ahora tiene otra alerta de búsqueda de PGR.

Pero me pregunto ¿A cuántas familias de desaparecidas no les ha pasado lo mismo? ¿Cuántas familias de niñas y mujeres han creído en los discursos incoherentes de la procuradora Alicia Fragoso, y siguen esperando justicia a ciegas?

Ahora que organizaciones de derechos humanos nos han asesorado, contamos con una Averiguación Previa en PGR,  y una en Puebla, por el delito de Trata, pero me pregunto ¿Qué ocurre con todos esos casos de menores desaparecidas, cuyos familiares no cuentan con abogados o personas cercanas que los asesoren respecto de qué hacer; de cómo movilizarse ante las instancias oficiales correspondientes?

¿Si en el caso de Karla, que cuenta con una defensa legal que conoce de la materia y que logró que la averiguación previa sea atraída por la FEVIMTRA, no se ha logrado dar con el paradero a más de 90 días de desaparición, qué se puede esperar en otros casos?

El nueve de abril Karla cumplió 12 años y no pudimos celebrar juntos.

Familias, debemos defender la memoria de nuestras niñas, mujeres, niños desparecidos. Debemos buscarlos, organizarnos, insistir, presionar, denunciar. Debemos buscar a nuestros familiares solo de un modo:

Buscarlas tal y como nos gustaría que nos buscaran a nosotros si estuviéramos en su situación.

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