- Espectáculos
Este viernes se llevará a cabo el concierto Música por la Vida
Este viernes 18 de diciembre se llevara a cabo el concierto “Música por la Vida” a las 20:30 Horas en el Teatro Complejo Cultural Universitario a beneficio de la Fundación Josep Carreras contra la Leucemia donde actuaran Carlos Arellano, Miguel Ángel Méndez, Poncho Villanueva (Cuernavaca), Emanuel Cortés (Celaya), abre el concierto Verónica Domínguez (Monterrey).
Concierto a beneficio de la Fundación Josep Carreras contra la Leucemia, fundada por el tenor José Carreras, se especializa en investigación científica para buscar una cura definitiva de la Leucemia y otras enfermedades de la sangre, además de crear el registro de donadores de médula ósea a nivel mundial desde 1991. www.fcarreras.org/es/
Lo recaudado será donado a la Fundación Josep Carreras contra la Leucemia, otra forma es donar mediante la plataforma Mi grano de Arena, se creó un reto paralelo al concierto para tener otro modo de recaudar fondos ya que no todas las personas pueden asistir al concierto. http://www.migranodearena.org/es/reto/8572/musica-por-la-vida/
El concierto se grabará a 3 cámaras de alta definición con grabación de audio en vivo y directo para ser distribuido más adelante en México y también enviar copias a España, donde se encuentra la sede y centro de investigación de la Fundación Josep Carreras contra la Leucemia.
Melyssa Olmos Hernández organizadora de este evento comenta a través de un mensaje su sentir sobre esta enfermedad y como la impulsa a raíz de lo que ha enfrentado en su vida con sus familiares.
La leucemia (cáncer en la sangre) es una enfermedad que ha estado presente a lo largo de mi vida, a los 11 años perdí mi primo Jesús de 3 años. Ingresé a la facultad de medicina para especializarme en hematología y poder contribuir de algún modo en el tratamiento y cura de esta enfermedad. Al poco tiempo, decidí dejarla, pues era una carrera muy demandante y yo quería tener una vida, familia, algo normal.
Me gradué como productora de televisión en 2006; en 2007 conocí a Manuel de 28 años, ingeniero agroecólogo de la Universidad de Chapingo, nos hicimos novios, a partir de 2008 comenzamos nuestra vida juntos.
En diciembre de 2013 le detectaron niveles bajos en sangre, creyeron que sólo era algún tipo de anemia; el 13 de febrero de 2014 le diagnosticaron leucemia mieloide aguda, a partir de ese momento entendí el mundo de otra manera. Desde el comienzo luchando a contra tiempo para que llegara al hospital de especialidades, en menos de 3 días su estado pasó del diagnóstico a paciente grave. Lograron estabilizarlo y restablecerlo para iniciar quimioterapias; la primera falló, esto nos destrozó nuevamente las esperanzas, le propusieron un nuevo tratamiento con quimio más agresiva y más riesgosa, pero podría darle la oportunidad de un trasplante de médula.
Fueron meses enteros en el hospital, estancias de 30 a 40 días en una cama, entre quimioterapias, estudios dolorosos como aspirado de médula o biópsia de hueso, tomas de sangre cada tercer día, después de las primeras semanas sus brazos ya estaban morados por tantos estudios, apenas encontraban sus venas; transfusiones casi diario para mantenerlo estable en niveles de plaquetas (que sirven para evitar hemorragias) y hemoglobina. Angustiante buscar donadores después de las primeras semanas se acaban los contactos, amigos y amigos de los amigos, por mucho que yo quisiera donar todas las veces que necesitaba, sólo podía donar plaquetas cada 15 días según reglamentación del hospital; días y noches con fiebres por neutropenia provocada por la quimioterapia.
Pese a todo, logró la remisión de la enfermedad y la esperanza del trasplante de médula era algo real, su hermano era 100% compatible, Manuel podría curarse y podríamos seguir con nuestra vida como la habíamos imaginado, en algún tiempo esto sería sólo un mal recuerdo que habríamos superado.
El trasplante de Manuel fue el 1 de diciembre de 2014, estábamos tan emocionados recuerdo grabarlo y decirle que todo iba a salir bien, sólo deberíamos esperar 14 o 21 días para que las células injertaran y empezaran a producir sangre, defensas y plaquetas. Pasaron los días y esto nunca ocurrió. El 24 de diciembre le diagnosticaron un shock séptico, le hicieron un segundo trasplante de emergencia, esperando que pudiera reaccionar, tuvieron que intubarlo, el 25 de diciembre a las 5 de la mañana su corazón se detuvo, perdimos la guerra y se acabó mi vida como la conocía.
Sé que muchas de las palabras que escribo durante el relato son desconocidas para la mayoría de las personas, ojala nunca nadie tuviera que entender lo que son, que nadie tuviera que sentir la angustia por conseguir donadores de sangre y plaquetas, ojala que nadie más tuviera que sentir esa impotencia de no poder hacer nada por disminuir su dolor, o tener que sonreir y decirle “vamos a estar bien” cuando no sabes que va a pasar, ojala algún día…
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