Análisis de la violencia urbana en 2024

  • Carlos Anaya Moreno
Una crisis que se concentra en América Latina, especialmente en nuestro país

La violencia en las ciudades del mundo sigue siendo un tema de gran preocupación, y el Ranking 2024 de las 50 ciudades más violentas del mundo nos da una radiografía preocupante de la situación. Con 20 ciudades mexicanas en la lista y una tasa de homicidios alarmante en varias de ellas, es momento de analizar qué está pasando y qué se puede hacer para revertir esta crisis.

¿Por qué México domina el ranking?

De las 50 ciudades más violentas del mundo, 20 están en México, representando el 40 por ciento del total. Además, de las 10 ciudades más violentas, 7 son mexicanas, destacando Colima, Acapulco y Tijuana en los primeros lugares. Esto no es una coincidencia, sino el reflejo de una crisis de seguridad impulsada por diversos factores:

  • Presencia del crimen organizado: La disputa entre cárteles de la droga por territorios ha convertido a muchas ciudades en zonas de guerra (Molzahn, Ríos & Shirk, 2021).
  • Corrupción y debilidad institucional: La falta de aplicación de la ley y la impunidad permiten que la violencia continúe sin consecuencias reales (Guerrero-Gutiérrez, 2019).
  • Falsificación de cifras oficiales: Hay evidencia de que en México las cifras de homicidios pueden estar maquilladas, como lo evidenció el caso LeBarón en Sonora (Ravelo, 2020).

Haití: un caso extremo de colapso estatal

Por primera vez, Puerto Príncipe, Haití, se convierte en la ciudad más violenta del mundo con una tasa de 139.31 homicidios por cada 100,000 habitantes. Más del 80 por ciento de la ciudad está bajo control de pandillas, lo que evidencia lo que ocurre cuando el Estado pierde el monopolio de la violencia (Muggah & Diniz, 2023). La crisis en Haití nos recuerda que la ausencia de instituciones sólidas genera un vacío de poder que los grupos criminales ocupan rápidamente.

Lecciones de Centroamérica: La importancia de aplicar la ley

En contraste, Honduras y El Salvador lograron salir del ranking. San Pedro Sula, que fue la ciudad más violenta del mundo entre 2011 y 2014, ya no figura en la lista, lo que indica que la aplicación firme de la ley y el combate al crimen organizado pueden hacer una diferencia. Según estudios, las estrategias implementadas en estos países incluyeron:

  • Mayor presencia policial y militar en zonas de alto riesgo (Cruz, 2020).
  • Reducción de la impunidad judicial y sanciones más severas para el crimen organizado (Martínez, 2022).
  • Cooperación internacional en inteligencia y seguridad fronteriza.

Esto contrasta con estrategias como la mexicana de "abrazos, no balazos", que no ha logrado contener la violencia y ha permitido que los cárteles se fortalezcan (Astorga, 2021).

¿Cuál es el camino a seguir?

Si bien cada país enfrenta sus propias realidades, hay puntos clave que pueden ayudar a reducir la violencia en las ciudades más afectadas:

1. Fortalecer las instituciones de justicia: Un sistema judicial eficiente y libre de corrupción es esencial para combatir la impunidad (Ríos & Shirk, 2021).
2. Estrategias de seguridad efectivas: Un enfoque de cero tolerancia al crimen organizado ha dado resultados en otros países.
3. Inversión en desarrollo social: La violencia no solo se combate con armas, sino con oportunidades de educación y empleo (Dudley, 2020).
4. Cooperación internacional: La lucha contra el crimen organizado y el tráfico de armas requiere esfuerzos coordinados entre países.

Conclusión

El Ranking 2024 de las 50 ciudades más violentas deja en claro que la violencia sigue concentrada en América Latina, especialmente en México. Sin embargo, también muestra que hay esperanza. La salida de ciudades como San Pedro Sula del ranking demuestra que una estrategia enfocada en la aplicación efectiva de la ley y el fortalecimiento de las instituciones puede dar resultados.

Mientras países como Haití sufren las consecuencias del colapso estatal, México debe replantear su estrategia de seguridad para evitar que sus ciudades sigan dominando esta lista. Solo con compromiso político, instituciones sólidas y políticas de seguridad efectivas, se podrá recuperar la paz en las comunidades más afectadas.

Más allá de la aplicación de la ley, es fundamental que los gobiernos inviertan en políticas de prevención del delito, que incluyan educación, empleo y reinserción social para jóvenes en riesgo. La seguridad no solo se consigue con el uso de la fuerza, sino con la construcción de sociedades más justas y equitativas, donde el acceso a oportunidades reduzca la necesidad de recurrir a la violencia.

Finalmente, es esencial que las autoridades rindan cuentas y sean transparentes en el manejo de datos sobre criminalidad, evitando el maquillaje de cifras que ocultan la verdadera magnitud del problema. Sin una visión clara y una respuesta integral, las ciudades más violentas del mundo seguirán enfrentando el mismo destino en los próximos años.

Referencias
Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal AC. Seguridad, justicia y paz.
Astorga, L. (2021). El siglo de la violencia en México. Editorial Océano.
Cruz, J. M. (2020). El control territorial y la violencia en América Central. Universidad de El Salvador.
Dudley, S. (2020). The Taking of Central America: How U.S. Policy Led to Today’s Chaos. InSight Crime.
Guerrero-Gutiérrez, E. (2019). La seguridad en México: desafíos y perspectivas. Universidad Nacional Autónoma de México.
Molzahn, C., Ríos, V., & Shirk, D. (2021). Drug Violence in Mexico: Data and Analysis Through 2020. Justice in Mexico Project, University of San Diego.
Muggah, R., & Diniz, G. (2023). Gangs and Governance in Haiti. International Crisis Group.
Martínez, C. (2022). La reducción de homicidios en El Salvador: Factores y estrategias. Revista de Seguridad Pública, 45(2), 112-134.
Ravelo, R. (2020). La guerra por Juárez. Grijalbo.
Ríos, V., & Shirk, D. (2021). Building Resilient Communities: Strategies to Counter Criminal Violence in Mexico. University of San Diego.

 

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Carlos Anaya Moreno

CEO de Servicios Geo Enlace, empresa de Internet de las cosas desde el año de 2010; y fundador de la Unión de Servicios Solidarios-Banco de Tiempo (2018). Se desempeñó como director General del Registro Nacional de Población de 2004 a 2010.