El martes 22 de octubre, a los 96 años, falleció en Lima, Perú el sacerdote, teólogo, filósofo e intelectual Gustavo Gutiérrez, considerado el padre de la Teología de la Liberación, una corriente de pensamiento cristiano centrada en la dignidad de los pobres y que influyó en la política de América Latina.

Gutiérrez, quien fue dominico desde los 76 años, acuñó el término Teología de la Liberación en 1968 durante la Conferencia Episcopal Latinoamericana en Medellín, inspirándose en los principios del Concilio Vaticano II. En 1971, publicó su influyente obra “Teología de la Liberación: Perspectivas”, que ofreció una nueva espiritualidad basada en la solidaridad con los más desfavorecidos y llamó a la Iglesia católica a ser un agente de cambio social.

Un defensor de los oprimidos

El enfoque de Gutiérrez fue siempre colocar a los pobres en el centro de la acción de la Iglesia, abogando por la justicia social y denunciando las desigualdades que afectan a América Latina.

Gutiérrez fue galardonado con más de 30 doctorados honoris causa por universidades de todo el mundo. En 2018, el papa Francisco le envió una carta en la que agradeció su contribución a la Iglesia y a la humanidad. Su legado continúa vivo en la lucha por una Iglesia más cercana a los pobres, como lo demuestran los procesos de canonización de Monseñor Romero y Pedro Casaldáliga, grandes amigos suyos.

La Conferencia Episcopal Peruana expresó su pesar por su partida, destacando su incansable labor por la opción preferencial por los pobres, una frase que él acuñó y que se integró al Magisterio de la Iglesia. (MV)