El perrito que fue atado a una tubería y abandonado por una pareja en la colonia Bugambilias, cuyo video se hizo viral en redes sociales, tuvo un final feliz, pues una joven decidió adoptarlo y ahora ya tiene un hogar e incluso un nombre: Pretzel, por su color canela.

En redes sociales se difundió el video que captó una cámara de seguridad en las calles Claveles y Aleli de la colonia Bugambilias, en donde se observó que una pareja en motocicleta y con un perrito se detuvo en la entrada de lo que parecía ser una bodega. Esto ocurrió el domingo 21 de abril a las 17:21 horas.

En las imágenes se observó que, el hombre descendió de la moto con el perrito y con la soga que traía atada al cuello el can, el varón lo amarró a una tubería del inmueble, mientras que la mujer a bordo de la motocicleta vigilaba que nadie se diera cuenta de lo que estaban haciendo, pues estaban abandonando a su propia mascota.

Después de varios minutos y tras asegurarse que nadie los estaba observando, el hombre nuevamente abordó la moto y ambos huyeron, el perrito intentó correr tras ellos, pero la soga que estaba en su cuello y atada a la tubería le impedía ir detrás de sus dueños.

Los vecinos de la zona al darse cuenta de que el perrito fue abandonado, revisaron las cámaras y fue así como el video se hizo viral en búsqueda de sus e dueños. El caso causó enojo entre los poblanos y organizaciones defensoras de animales por la acción que cometieron estas personas, pues además dejaron al perro sin comida y agua.

A pesar de este episodio, el perrito abandonado tuvo un final feliz, aunque estuvo a punto de ser sacrificado debido a que al no tener ya dueños, fue llevado a Protección Animal en donde es sabido lo que le sucede a las mascotas sin dueño.

Gaby, la joven heroína de Pretzel

En entrevista con e-consulta, Gabriela Márquez, a quien de cariño le dicen Gaby, señaló que ella fue una de los miles de internautas que observaron el video viralizado en redes sociales sobre cómo abandonaron al perrito en Bugambilias.

Mencionó que el acto le partió el corazón y por ese motivo comenzó a buscar información de la zona para saber el punto exacto en donde el can fue atado a la tubería, pero de manera inicial no tuvo éxito.

Sin embargo, esto no le hizo perder la esperanza y al siguiente día (lunes) Gaby continuó preguntando por el perrito hasta que la contactó una rescatista quien le compartió que el can fue llevado por el personal del Centro de Protección Animal zona sur, es decir, a la perrera.

La información que le compartieron a Gabriela fue que al perrito le daban 24 horas de estadía en Protección Animal, si nadie acudía a reclamarlo, lo dormirían, la joven indicó que ella estaba interesada en adoptarlo, pero le dijeron que tendría que esperar hasta que esto fuera autorizado.

Posteriormente el día lunes Gaby recibió una llamada de Protección Animal informándole que tenía una hora para acudir al inmueble e ir por el perrito, de lo contrario, la adopción ya no se llevaría a cabo, fue así como la joven en compañía de su madre y su pareja se trasladaron hasta este punto ubicado en la colonia Bugambilias en donde finalmente le entregaron al perrito y le pidieron la documentación correspondiente para proceder a la adopción.

En entrevista, Gaby mencionó que al ingresar al Centro de Protección Animal le entristeció darse cuenta que son varios los perros dentro de este lugar que son abandonados, por lo que exhortó a la población a adoptar a uno de los animalitos y no comprar, pues merecen una segunda oportunidad como el perrito de Bugambilias.

Después de todo el proceso de documentación, Gaby finalmente tuvo al perrito entre sus brazos, notó que es de raza grande y noble, por su color de pelo en tono canela decidió nombrarlo Pretzel y lo primero que hicieron fue llevarlo con un veterinario para que le diera un baño y se le practicara un chequeo médico.

Gaby mencionó que el veterinario reviso a Pretzel, le indicaron que en realidad era un perro joven pues cuenta con un aproximado de entre 4 a 5 años; aunque no presentó huellas de maltrato por parte de sus anteriores dueños, es muy desconfiado, además contaba con un cuadro de deshidratación.

Posteriormente, a Pretzel le dieron un baño, le pusieron sus primeras vacunas y en un par de horas llegó a su nuevo hogar, en donde ahora el perrito tendrá una vida llena de amor por parte de Gaby y su familia.

Finalmente, Gaby mencionó para e-consulta que aún no se explica el motivo por el cual sus exdueños lo abandonaron, pues en realidad es un perro que acata órdenes, aunque le gusta jugar es obediente y además, sabe hacer trucos con la pelota o sus peluches.

El caso de Pretzel es el más reciente en torno a maltrato animal en Puebla; respecto a sus exdueños, se informó a este medio de comunicación que activistas poblanos a favor del bienestar animal procederán legalmente en contra de ellos por el abandono que cometieron la colonia Bugambilias. (MIG)