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Manuel Acuña: reconocida leyenda de la literatura mexicana

  • Jipsy Herrera
La obra poética del escritor coahuilense se distingue por las ideas del autor como una forma para conciliar al país
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Poeta e intelectual, conocido como uno de los jóvenes autores, quien a través de sus obras e ideas buscaba conciliar al país, considerado como una leyenda de la literatura mexicana, recordado a través de su poética y corta vida, se conmemora el 150 aniversario del fallecimiento de Manuel Acuña, uno de los autores más representativos del siglo XX.

La obra del autor se caracterizó por plasmar el romanticismo, al igual que otros autores, incluyó en sus obras la actividad política y periodística, así como una visión filosófica liberal y positivista en la que se puede reconocer la influencia de Ignacio Manuel Altamirano, verdadero mentor de la generación romántica.

Manuel Acuña Narro fue un poeta mexicano que se dedicó al desarrollo del estilizado ambiente romántico del intelectualismo mexicano de la época, se formó en filosofía y matemáticas, aprendió varios idiomas como el francés y el latín. Por varios años participó en diversas tertulias literarias, donde conoció a Ignacio Manuel Altamirano, a Agustín F. Cuenca y a Juan de Dios Peza, con quien mantuvo un fuerte vínculo amistoso.

La carrera literaria de Manuel Acuña fue breve, pero bastante fructífera; comenzó en 1869 con una elegía a la muerte de Eduardo Alzúa. Ese mismo año, al lado de un grupo de intelectuales, fundó la Sociedad Literaria Nezahualcóyotl en uno de los patios del exConvento de San Jerónimo, la cual le sirvió para dar sus primeros pasos como poeta.

En su objetivo por redimir a la humanidad a través de la enseñanza, las artes y las ciencias, se lanzó a lo que fue una prolongada y fecunda serie de colaboraciones en distintos diarios y revistas mexicanas; colaborando en numerosas publicaciones periódicas como El Renacimiento, El Libre Pensador, El Federalista, El Domingo, El Búcaro y El Eco de Ambos Mundos.

El pasado fue una de sus obras dramáticas que significó un gran triunfo para el joven poeta, la sociedad mexicana acudió a ver la obra, además de las buenas críticas literarias y de la prensa, fue aclamada por las personas.

Manuel Acuña es conocido como una leyenda de la literatura, así como que fue su enamoramiento por Rosario de la Peña y Llerena lo que lo llevó a terminar con su vida mediante envenenamiento con cianuro de potasio. El joven escritor dedicó el famoso poema “Nocturno a Rosario”, el cual, de acuerdo con algunos críticos, Rosario fue solamente una razón adicional a sus problemas de pobreza.

La vida y obra de Manuel Acuña se truncaron tras su fallecimiento a los 24 años el 6 de diciembre de 1873, por lo que sus obras vieron la luz póstumamente en el libro titulado Versos,  puede clasificarse como amorosos, patrióticos, humorísticos, descriptivos y de circunstancias. Varias de ellas son Resignación, A Laura, El Giro, Hidalgo, 15 de septiembre y Cinco de Mayo; así como La vida del campo y A la luna. (MIG)

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