Harold Mauricio Poveda Ortega, conocido como “El Conejo”, aseguró haberle salvado la vida a Genaro García Luna, declaración que rindió hoy miércoles durante el juicio al exsecretario de Seguridad mexicano, en Nueva York.

“El Conejo”, narcotraficante colombiano que trabajaba en México para el Cártel de Sinaloa, señaló que no conocía a Genaro, aunque señaló que supo de la existencia de García Luna cuando Arturo Beltrán Leyva mencionó –enfurecido– que el exfuncionario beneficiaba más a Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, que al propio cabecilla de los Beltrán Leyva.

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El enojo por parte del narcotraficante fallecido en diciembre del 2009 se debió a que hubo varios operativos en los que García Luna ordenó confiscar droga de los Beltrán Leyva, situación que simplemente lo hartó, aseguró Poveda Ortega, quien llamaba “mi tío” a Arturo Beltrán.

“El Conejo” escuchó decir a Beltrán que acababan “de levantar al hijo de… de García Luna”, aunque Poveda no tenía idea de a quién se referían.

“Es el jefe de la Policía Federal, el que nos anda haciendo chingaderas por medio de 'El Mayo' Zambada [Ismael], 'El Chapo' y 'El Rey' [Jesús Zambada]”, respondió Arturo cuando Povada cuestionó quién era Genaro.

Arturo Beltrán quería matar a Genaro García Luna

La declaración del testigo colombiano siguió con una amenaza que le escuchó a Arturo Beltrán: “Voy a matar a ese hijo de su puta madre… voy a enviar su cabeza para que vea que conmigo no se juega”.

Povada aseguró que, aunque no lo conocía, pensó en los problemas que podría implicar asesinar a García Luna, por lo que abogó por él ante el narcotraficante sinaloense.

“Pero no lo mates. Se nos va a venir el gobierno encima...”, recomendó. Finalmente, Beltrán Leyva liberó a García Luna para seguir negociando con él.

La captura de “El Conejo”

“El Conejo”, apodado así por marcar la cocaína que enviaba a Estados Unidos con la marca del conejito de Playboy, detalló cómo fue su captura, describiéndolo como un montaje.

Su detención tuvo lugar el 4 de noviembre de 2010 por agentes de la policía que se vistieron de civiles y que lo trasladaron a una casa de seguridad. Ahí, alegó, fue torturado de diversos modos que incluyeron “tehuacanazos” y asfixia con una bolsa.

Aunque dijo que trabajaba para los Beltrán Leyva, lo presentaron como agente de “El Chapo”, por lo que fue obligado a ubicar sus casas que luego saquearon. Lo obligaron también a tocar cocaína, armas y municiones que no eran suyas, aunque no lo presentaron sino hasta un día después cuando ya se tenía todo montado.

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Una vez preso, “El Conejo” colaboró con las autoridades mexicanas antes de ser extraditado a los Estados Unidos en 2012. Allí confesó sobornar a un guardia para que le permitiera quedarse más tiempo en el área de visitas. Su libertad bajo fianza fue posible en 2019 luego de firmar un acuerdo de cooperación y ahora el testigo en el juicio de García Luna se encuentra a la espera de recibir sentencia definitiva.