El tan esperado Campeonato Nacional de la Primera División Femenil en España tendrá un atraso significativo, puesto que la inauguración de este sábado 10 de septiembre se vio retrasada por un plantón del colectivo arbitral, quienes decidieron no participar en ningún evento deportivo hasta conseguir mejores condiciones laborales y profesionalización en su campo de arbitraje, por lo que se mantienen en huelga hasta obtener respuesta a sus peticiones.

Tras no llegar a ningún acuerdo entre la Liga Profesional Femenil (LPFF) y la RFEF, la colectiva de árbitras se plantó desde el pasado jueves para exigir respuesta a sus demandas. No obstante, la Liga tomó esta huelga como un “ataque” por parte del presidente de la RFEF, Luis Rubiales, señalando que utiliza a la mujer como “ariete” para impedir que el futbol femenino crezca de manera profesional.

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Cabe destacar que, tras la profesionalización de la Liga F, se garantiza la retransmisión de toda la competición en todo el mundo, teniendo un ingreso de 7,2 millones de euros por temporada, representando con ello un hito histórico y el de mayor recurso generada por el futbol femenino en España, sin embargo, las árbitras centrales y las asistentes denunciaron que esta “profesionalización” no mejora sus actuales condiciones.

Actualmente las árbitras cobran entre 300 y 160 euros por partido.

La propuesta del Colectivo de árbitras es de 21 mil euros por partido, lo que se traduce en 315 mil por el global de los 15 partidos que cada equipo juega como local y un total de cinco millones por arbitraje para la temporada 2022-2023. Esto consiguió que cada colegiado cobre un mínimo de 19.800 euros, que responden al mínimo de 12 partidos que pitaron la temporada pasada en la categoría.

En el caso de dirigir 15 encuentros, es decir la mitad de la temporada, la cantidad ascendería a los 24 mil 750 euros.

Por otra parte, la RFEF argumenta que el coste de la actividad arbitral está mal repartido, pues de los 3 mil 300 euros que ellos pagan sólo llegan 720 euros, de los cuales 300 corresponden a la árbitra principal, 336 a las dos asistentes y 84 a la cuarta árbitra, mientras que los 2 mil 580 euros restante se usan en desplazamientos, dietas, ropa, seminarios.