El sector privado en Puebla analizará cuál podría ser el salario mínimo ideal en el estado, que sea digno y cubra las necesidades no solo alimenticias y de supervivencia de la gente, sino que pueda ofrecer condiciones de desarrollo social en la entidad.

El presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) de Puebla, Ignacio Alarcón Rodríguez Pacheco, anunció este jueves que buscarán la manera de estudiar el caso particular de Puebla y determinar el salario ideal para superar la pobreza.

Esta iniciativa surgió a raíz de que en Chihuahua un grupo de empresarios hizo un estudio, en el que se concluyó que el salario mínimo actual no es suficiente para cubrir las necesidades de las familias, más allá de las meramente alimentarias.

En el caso de Chihuahua, el salario digno resultó ser de 19 mil 627 pesos por una familia de cuatro integrantes por 1.7 proveedores, es decir, un promedio de 9 mil 813 pesos libres de impuestos por persona al mes.

En este sentido, Ignacio Alarcón expresó que se harán los esfuerzos pertinentes para conocer el salario mínimo ideal en Puebla, y ver la posibilidad de implementar este nuevo esquema.

“Mira es muy triste, como les comenté, somos el tercer municipio más pobre del país, hay mucha desigualdad social y ahorita me llevo de tarea ver de qué manera podemos mejorar el poder subir los salarios mínimos, el poder dar un salario honorable para poder cubrir todas sus necesidades”, refirió.

El salario digno contempla, además de las necesidades alimenticias básicas, gastos como internet, comida fuera de casa, lentes, abonos y créditos, alcohol, eventos familiares y regalos, gastos de embarazo y bebés, colegiaturas y dentista, es decir, gastos que dignifican la vida de las personas.

Recuperación lenta, pero segura

Ignacio Alarcón también estimó que para finales de este año Puebla habrá recuperado 2 mil empleos formales más, ya que actualmente faltan recuperar 9 mil para igualar las cifras que había antes de la pandemia.

Esto porque dijo que muchos empresarios aún se encuentran renuentes a invertir, en espera de mejores tiempos, pues el covid generó desconfianza y no hay certeza de que la economía no se volverá a cerrar.