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4 revelaciones de McCurdy en su libro ‘Me alegro que mi mamá muriera’

  • Redacción
En “Me alegro que mi mamá muriera”, reveló en abril de este año, que nunca quiso ser actriz, pero que su madre, Debra McCurdy fue quien la obligó a permanecer en el mundo del espectáculo.
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La ex actriz de Nickelodeon Jennette McCurdy ya publicó su autobiografía donde relata los abusos de loa que fue víctima por parte de su madre y de productores.

En “Me alegro que mi mamá muriera”, reveló en abril de este año, que nunca quiso ser actriz, pero que su madre, Debra, fue quien la obligó a permanecer en el mundo del espectáculo.

McCurdy es conocida por su papel de Sam en la serie de iCarly, así como en Sam y Cat, programa en el que actuó junto a Ariana Grande.

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Fue obligada a actuar

La actriz cuenta que desde los tres años su mamá la obligó a presentarse a castings de actuación, esto a pesar de que ella no quería ser actriz.

El hecho de dedicarse a la actuación le causaba ansiedad y se sentía muy infeliz actuando. Incluso comentó, que su mamá se sentía frustrada porque sus papás no la dejaron ser actriz.

“Te quiero dar la vida que no tuve. Te quiero dar la vida que yo merecía, la vida que mis papás no me dejaron tener”, le decía Debra a su hija.

Anorexia y la bulimia                                                    

McCurdy reveló que su mamá fue quien la indujo a la anorexia y la bulimia. En el libro recuerda el momento en que su mamá estuvo en el hospital a causa del cáncer y que la buena noticia que le susurró al oído es que había bajado seis kilos.

La famosa recuerda que su mamá la limitaba a mil calorías al día.

“Mami estoy tan flaca ahora, por fin bajé seis kilos”, le dijo Jennette a su madre.

Tras la muerte de su mamá, Jennette comenzó a comer en exceso por la ansiedad, incluso se desgarró la garganta en un vuelo a Australia: comió alimentos todo el caminó y los vomitó.

Violencia doméstica

Los problemas económicos que había en su casa ocasionaban que su mamá tuviera arranques de violencia con todos, en especial con su papá. Además, la Debra acumulaba cosas y en su casa vivían entre la basura que su progenitora se reusaba a tirar, incluso su casa estaba llena de ratas.

“Teníamos un problema de ratas y lo único que veíamos por toda la casa eran trampas de ratas con sus cuerpos atorados”, escribió.

La bañaba con su hermano

Debra bañaba a sus dos hijos al mismo tiempo, incluso cuando ya eran adolescentes y ella seguía limpiando a su hija cuando iba al baño.

Los hermanos se bañaban juntos, incluso cuando él tenía 16 años y la exactriz 14, algo que la hacía sentir incómoda.

Además, en el libro, McCurdy relata que cuando su mamá la bañaba sola le examinaba los senos y la vagina, para asegurarse de que no tuviera ningún bulto raro que se fuera a convertir en cáncer.

Además, La mamá de Jennette no la dejó tener amigos, ya que no la dejaba convivir con jóvenes de su edad, ya que estaban encerradas la una en la otra.

Hasta los 18 años, cuando Debra ya había muerto, fue cuando la joven dio su primer beso. “Eres mi mejor amiga, tú eres la mejor amiga de mamá”, le decía Debra a Jennette.

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