“Ejercer el poder corrompe;

someterse al poder degrada”.

Mijail Bakunin

¿Usted cree que el ser humano siempre ha sido el mismo, que en su esencia no ha cambiado nada, a lo largo de la historia?

Eso es verdad, afirma Chesterton al estudiar la naturaleza humana, que está llena de contradicciones.

De modo que la “sensatez”, la prudencia, el buen juicio y el sentido común, son algunas de las armas o virtudes que pueden evitar las equivocaciones.

Es fundamental cultivar el uso de la razón antes que actuar por impulsos.

Ahora le comparto un perfil de Gilbert Keith Chesterton, quien se adelantó a su tiempo, por su forma de pensar.

Nació en Londres, Inglaterra el 29 de mayo de 1874 y murió el 14 de junio de 1936.

Fue escritor y periodista prolífico. Publicó 80 libros y 200 cuentos.

Perteneció a la clase media y estudió en escuelas de prestigio.

De joven fue un agnóstico que se interesó por el ocultismo.

Luego, por influencias de su esposa y de un sacerdote se convirtió al catolicismo en 1922.

Su conversión causó un revuelo semejante al que provocaron el cardenal John Henry Newman o Ronald Knox.

Era de una mentalidad abierta.

Se caracterizó por sus paradojas.

Hacía ver que las cosas no son lo que parecen y explicaba esto con sucesos ordinarios de la vida humana.

Jorge Luis Borges fue un admirador suyo.

“Siempre antes de romper un muro, hay que preguntarse por qué lo han construido en primer lugar”, afirmaba Chesterton.

Pensaba que el ser humano siempre sigue siendo el mismo y necesita que lo guíen.

“Nosotros realmente no queremos una religión que tenga razón cuando nosotros tenemos razón. Lo que nosotros queremos es una religión que tenga razón cuando nosotros estamos equivocados”, apuntaba.

“Chesterton es considerado como conservador porque destaca valores de la tradición y del mundo antiguo -sobre todo el medieval-, pero su método es esencialmente moderno y original”.

Para él, el cristianismo le permitió abrir la cerradura del misterio de la existencia.

“Los dogmas no son impedimentos, sino pilares que marcan un camino hacia la verdad y la plenitud”.

Afirmó que todos los seres humanos tenemos dogmas, más o menos inconscientes. Esta fue una de sus tesis.

Sus argumentos no son tratados teológicos, sino que están basados en la razón, la experiencia y la historia.

Planteó su tesis sobre la sensatez para evitar el “obrar alocado del mundo moderno”, al que por cierto valoraba, porque “podríamos no ser”, sostenía.

“Hay un mundo real ahí fuera que –a pesar de sus contradicciones– es esencialmente bueno y hermoso, y por tanto hay que estar alegres y llenos de agradecimiento”.

“Ni el mundo, ni la existencia personal ni la colectiva están resueltas porque no se comprenden perfectamente. Son un misterio –o conjunto de misterios– que debemos desentrañar”.

Chesterton escribió novelas de detectives, con un importante contenido filosófico, sociológico y psicológico.

Entre sus obras, destacan: El Caballero Salvaje, 1900; Robert Browning, Dickens o Bernard Shaw, entre 1903 y 1909; El Hombre que fue Jueves, 1908; Qué está mal en el mundo, 1910.

A partir de 1911, escribió las series del Padre Brown, inauguradas por El candor del padre Brawn; La Batalla del Caballo Blanco, 1912, entre otras.

Aquí algunas ideas de su pensamiento:      

“La razón es un instrumento para conocer el mundo, pero sólo uno más. El arte, la imaginación, el misticismo, la experiencia de la vida, son otras herramientas imprescindibles”.

“Como el mundo moderno sólo confía en la tazón, genera comportamientos o ideas más o menos irracionales o cuando menos, poco racionales”.

"Loco es aquél que lo ha perdido todo menos la razón".

Chesterton es enemigo del sentimentalismo que se opone al racionalismo.

“El hombre necesita una visión completa de la vida. Su ideal de vida es el del hombre corriente, no el modelo que proponen o llevan a cabo los ricos o los intelectuales”.

“El mundo moderno, dirigido racionalmente por los poderosos es un engendro”, planteaba.

“El ser humano anda siempre en busca de un hogar”.

“Tenemos la libertad para elegir nuestras ideas y configurar nuestra vida”.

“El papel de la mujer en el desarrollo de la familia es muy importante”. 

“Nuestro tiempo da mucho mayor valor al individualismo y más todavía a una forma de entender lo público, como superior a lo privado”.

“El ámbito de la amistad y las relaciones sociales es más verdadero y más gratificante: familia, amigos, vecinos, constituyen esa ampliación del hogar que genera el patriotismo –que no nacionalismo–, el cual conduce al imperialismo”.

Afirmaba que para tener un hogar en condiciones, es preciso que la propiedad esté adecuadamente repartida.

“Capitalismo y socialismo reducen la propiedad de los hombres porque ambos tienden al monopolio”.

Propuso el sistema alternativo, el distributismo –cuya base se encuentra en la doctrina social de la Iglesia con la encíclica Rerum Novarum del Papa León XIII– en el que el papel del Estado es subsidiario y los seres humanos tratan de resolver sus problemas en lugar de abandonarlos en manos del mercado, de los políticos o de los técnicos.

La idea actual de progreso es irónicamente criticada por Chesterton: es falsa como tendencia y como creencia, confunde nuestra percepción.

Su verdadero método fue tratar de llegar al fondo de los argumentos y comportamientos, para mostrar los errores que nos alejan de la sensatez.

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