México es el futuro

  • Juan Carlos Lastiri

Allá por el año del 2001 surge un famoso acrónimo conocido como BRIC  que hace referencia a un grupo de países coincidentes en características que los hacían muy interesantes como destinos de inversiones globales. Estos cuatro países son Brasil, Rusia, India y Corea del Sur, potencias emergentes a las cuales los asesores en finanzas internacionales veían como motores de la economía mundial, que aunque no habían alcanzado el estatus de desarrollados pero que gracias a sus dinámicas economías podrían convertirse en factores determinantes del impulso en los mercados internacionales.

El autor de esta frase, el economista Jim O’Neill, destaca ahora un nuevo grupo de países que, una década después de los BRIC, reúnen características envidiables, haciéndolos  el futuro para el destino de los grandes capitales que buscan ser invertidos en lugares que garanticen el éxito económico. Es así que ahora surgen los países MINT, conformados por México, en primer lugar, La India, Nigeria y Turquía. Para O’Neill, los MINT presentan las siguientes bondades que los hacen ver como los próximos gigantes económicos del mundo: un bono demográfico favorable, una excelente ubicación geográfica, economías cada vez más abiertas y grandes riquezas naturales como el petróleo y materias primas.

El gran reto de los países MINT es elevar tus tasas de crecimiento del PIB a un rango del 7 % a largo plazo, cosa que solo Nigeria lo presenta en la actualidad. ¿Cuáles son los grandes obstáculos de los MINT y que son los mismos que tuvieron los BRIC para consolidarse económicamente y hacer efectivos los pronósticos  sobre ellos? Pues en general se advierten fuertes tensiones sociales que afecten el ambiente favorable y falta de desarrollo de capacidades que hagan competitiva a sus economías en todos los sectores del mercado.

Dentro de los pronósticos más favorables –conforme a los especialistas- México y Nigeria destacan sobre el resto. A su forma y en sus propios ámbitos, ambas naciones tienen bastante de que presumir y  así retomar el liderazgo en sus zonas geográficas. Las reformas estructurales le dan ventaja a nuestro país y lo hacen cada vez más y más punto referente para el futuro de las inversiones. Esta visión de análisis coincide con el “mexican moment” del cual se habló en el inicio del año anterior, ante las altas expectativas que creo el inicio del gobierno actual, y que muchos pensaron se había diluido, ante las complejidades vividas a lo largo del 2013, pero  ahora se insiste que está de vuelta, entendiéndolo como la creación de un clima favorable que dé confianza y certeza, reflejándose  en un mayor crecimiento económico. Indudablemente que haber concretado las reformas estructurales, permite renovar los aires optimistas para los hombres de negocios que arriesgarán sus capitales en lugares atractivos y de confianza.

Y ahora en Davos, la presencia de México va confirmando las apuestas que se cruzan a nivel internacional sobre si llego la hora definitiva para nuestra Nación. En el país helvético, el Presidente Peña Nieto anunció compromisos de inversión por 7 mil 350 millones de dólares por parte de empresas globales para este año. No está nada mal para iniciar el 2014. También se suscribieron diversos acuerdos con la OCDE, con la industria energética rusa y PEMEX así como con Israel. Todo este conjunto conseguido en el 44 Foro Económico Mundial fortalecerá a México y permite confirmar que este es un buen momento para estar, creer e invertir aquí, ya que demostramos ser una democracia madura que fue capaz de concretar los cambios necesarios.

Pero este entusiasmo no debe dejar de lado el estar consciente que aún hay grandes tareas  que resolver para evitar que se diluya este ambiente favorable: una altísima dependencia de la economía norteamericana, impulsar el crecimiento del mercado interno,  la inseguridad pública y violencia, acabar de tajo con el narcotráfico y sus nefastas redes de complicidad y disminuir las carencias sociales de nuestra población. Es decir, que el buen momento económico de México sea el principio del “buen momento permanente” para todas las familias mexicanas. Porque no se trata de reducir indicadores o números, si no de dar bienestar. Y eso lo tiene muy claro Enrique Peña Nieto.

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