- Medio Ambiente
Aguas termales: benéficas pero no curativas ni tampoco milagrosas
Una tentación de las vacaciones es la de relajarse totalmente en un balneario de aguas termales, como los que hay en el estado de Puebla y en otras partes.
Según datos de la Asociación Mexicana de Parques Acuáticos y Balnearios (AMPABA) en México hay aproximadamente 1,200 sitios de aguas termales.
Pero los expertos advierten que sumergirse en esas aguas no equivale a una curación milagrosa y ni siquiera es considerada una acción de medicina alternativa.
El boletín electrónico Brújula de compra, de la Profeco, señala muy apropiadamente que “una estancia de un fin de semana en un balneario no recupera una vida de excesos y malos hábitos”
Sumergirse en aguas termales puede ayudar al tratamiento de diversas afecciones; no dan juventud ni cura pero nos alivian en padecimientos depresivos, reumáticos, estomacales y hasta renales, entre otros.
La Cámara Argentina de Termalismo y Turismo de Salud ha resumido las propiedades de las aguas termales:
1. Estimulan las defensas del organismo.
2. Depuran la sangre, al eliminar toxinas por sudoración.
3. Reactivan el metabolismo.
4. Reeducan el sistema termorregulador.
5. Tienen efectos revitalizadores sobre células y tejidos.
6. Se obtienen resultados analgésicos y antiespasmódicos.
7. Son sedantes del sistema nervioso.
No todos los balnearios tiene agua termal
La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) advierte que no todos los balnearios ni todos los parques acuáticos tienen aguas termales. Algunos se ubican en zonas favorecidas por algún manantial termal y utilizan albercas con agua calentada en calderas.
De acuerdo con la Profeco, Hidalgo es el estado con mayor número de balnearios con aguas termales y llega a recibir en los periodos vacacionales hasta 600 mil visitantes, incluyendo sus balnearios estándar.
En Puebla destacan los balnearios Aguas Termales, en Chignahuapan; San Carlos, en Izúcar de Matamoros, y Agua Azul, en la capital poblana.
Agua de los volcanes y de corrientes subterráneas
Entender mejor los beneficios de estas aguas será posible conociendo su definición: agua termal es la que se encuentra a una temperatura por lo menos 5 grados Celsius más alta a la temperatura media anual del lugar. En México existen manantiales que alcanzan hasta 80 grados Celsius.
En general, las aguas termales se clasifican en magmáticas y telúricas. Las primeras son aquellas que nacen en zonas volcánicas, mientras que las segundas se forman cuando las corrientes subterráneas de agua pasan junto a rocas calientes que se encuentran a gran profundidad, por lo que puede encontrarse en cualquier lado.
Los análisis químicos de las aguas de manantiales termales revelan que poseen una gran cantidad de compuestos (boro, bromo, arsénico, nitrógeno, cloruros, magnesio etc.), los cuales se disuelven en el agua en su paso por las capas de las rocas; al aumentar su temperatura, el agua aumenta su capacidad para disolver algunos minerales. La clasificación química de las aguas termales se determina por su contenido de iones predominantes. Los iones son moléculas de substancias minerales que se cargan de electricidad positiva (cationes) o negativa (aniones). El anión o catión debe representar más de 20% de mineralización global para clasificar un agua como tal, de acuerdo con un estudio realizado por la Secretaría de Turismo (Sector) en colaboración con la UNAM.
Foto Chilango.com
[relativa1]
[relativa2]