El ritmo de vida que hoy tenemos nos lleva a tener alimentos preferidos en las mañanas, ya que por la rapidez con la que los compramos y comemos los hacen muy solicitados.

Si a lo anterior le agregamos el costo (alrededor de 20 pesos con atole), sabor y que nos dan una sensación de llenura… es por ello que la torta de tamal sea una de las preferidas de los mexicanos.

Por las mañanas en muchos puntos y puestos ambulantes podemos comprar este platillo con bebida incluida, pero hay un dato interesante que este 2 de febrero ha cobrado notoriedad: la llamada “guajolota” no es chilanga, como se afirma.

La tradición de comer pan relleno de masa y carne no se inventó la capital de mexicana. De acuerdo con el historiador mexicano José N. Iturriaga, la guajolota nació en Puebla.

En el libro “La cultura del antojito. De tacos, tamales y tortas…”, Iturriaga cuenta que la original guajolota era un pan para pambazo rellena de una enchilada roja rellena de carne de puerco.

El antojito llegó a la Ciudad de México, donde se hizo la adaptación que hoy conocemos como torta de tamal: el relleno del pan seguía siendo masa de maíz relleno de carne de puerco y salsa.

Sin importar el lugar donde se hayan originado, muchos mexicanos que salen temprano a laborar, no pierden oportunidad de pasar por su desayuno, que los deja con energía para iniciar el día y con el estómago lleno.

Foto BuzzFeed

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