La dizque verdadera izquierda es de lástima en Puebla. Y es que en el Partido del Trabajo, franquicia que a nivel nacional usufructúa Alberto Anaya, y en Puebla el exdiputado y constructor Mariano Hernández, ahora nuevamente candidato a legislador, se vendió seguramente por muy buenas razone$$$ al morenovallismo.

El trabajo del PT en este proceso electoral es de pena. Son los fontaneros del morenovallismo, los encargados de hacer el trabajo “sucio”, de andar entre las ratas y el estiércol, en medio de las cañerías para dividir aún más al priismo y arrebatarles con candidatos “oficiales” algunas presidencias municipales.

Son varios los municipios donde el PT se presta para ese trabajo, siendo los más representativos los de Puebla y San Martín Texmelucan, ciudades en donde el Partido del Trabajo la hace de “palero” y “golpeador” en la contienda.

Es una lástima que los partidos políticos en México sean utilizados como franquicias de familia, como en su momento lo fue el Verde, que pasó de manos de la familia González a las de Manlio Fabio Beltrones, o el caso del PT y el PRD por facciones, que usan las siglas de estos institutos políticos para hacer buenos negocios.

Otro caso significativo es el del partido Pacto Social de Integración (PSI), propiedad de Carlos Navarro Corro, antes Esperanza Ciudadana o “Esperanza Zavalista”, como se le bautizó en su momento.

Este partido de creación estatal es hoy también un instrumento del morenovallismo para dividir al priismo. Navarro cambió de amo: dejó a Marín y Zavala para estar hoy al servicio del gobernador y sus operadores.

Y hay que decir que aunque el PSI seguramente perderá el registro en la próxima contienda, no sería raro que por ahí pudiera alzarse con el triunfo en algún municipio de la entidad, aunque su primera encomienda fue atraer priistas resentidos para llevarlos como candidatos, sobre todo en el interior del estado, con el fin de dividir al tricolor.

A cambio, Navarro recibió una regiduría para su hija —de nombre Nadia—, dentro de la planilla del candidato a la presidencia municipal de Puebla, Tony Gali, y seguramente otras prebendas.

Un buen ejemplo de cómo le hacen el trabajo “sucio” los del PSI al morenovallismo es el caso del expriista y diputado local Avelino Toxqui, identificado en ese tiempo con el grupo del hoy diputado federal Javier López Zavala, exaspirante a la gubernatura del estado en 2010.

A Toxqui lo utilizan para “golpear” a la candidata a la presidencia municipal del PRI por Coronango, Nely Macoto.

En vez de hacer campaña y presentar propuestas, Avelino Toxqui (también conocido como “El hombre de piedra”) anda diciéndole a la gente que voten por él porque su partido cuenta con todo el apoyo de Enrique Peña Nieto, incluso dice que es un nuevo partido creado por el presidente.

Su encomienda es clara: confundir a la gente diciendo que el PSI, su partido, es lo mismo que el PRI y que el verdadero candidato es él.

El próximo 13 de junio es la fiesta de la junta auxiliar de San Antonio Mihuacán y Avelino Toxqui anda regalando a la gente pollos para la fiesta, a cambio de sus credenciales

Por si fuera poco, Toxqui Toxqui tiene operadores que están lucrando con los programas 65 y Más y Oportunidades, amenazando a los de la tercera edad de que su partido —como proviene de Enrique Peña Nieto— les puede quitar los programas si no lo apoyan.

Ése es el trabajo que desarrollan los candidatos del PT y del PSI en Puebla. Reitero: son los fontaneros del sistema y, como dijera el clásico: “Pero que asquerosidad es todo esto”.