Reprobados en prevención y manejo de desastres
- Germán Molina Carrillo
México es un país que sigue siendo de los más rezagados a nivel mundial en el tema de la prevención de desastres naturales y de los riesgos que implica el crecimiento de las zonas industriales en las ciudades y zonas rurales.
Ni se diga de los casos de terremotos y tormentas como Ingrid y Manuel, ocurridas los días de las fiestas patrias y que devastaron los Estados de Guerrero y Oaxaca de los que aún se ignora el número exacto de las víctimas y personas desaparecidas debido a que los informes oficiales tienen de todo, menos la verdad. Lo que es una práctica cotidiana de los gobiernos de los tres niveles (Municipal, Estatal y Federal): ocultar o manipular la información para evitar mayores problemas y protestas ciudadanas.
Casos podemos citar muchos y en la mayoría de ellos, los ciudadanos han sido víctimas no sólo de las catástrofes, sino después de la indiferencia de las autoridades que sólo acuden para el video o foto y así lucrar políticamente con la desgracia ajena.
Es increíble que países como Cuba, con sus problemas económicos y del bloqueo que sufre por orden de Estados Unidos, tengan un mejor sistema de prevención de desastres y la capacidad para evacuar a los habitantes de las poblaciones, siendo raros los casos de muertos o desaparecidos ante fenómenos de la naturaleza.
No es posible que en nuestro país, contando con tecnología de punta y expertos en las áreas de protección civil, prevención de desastres y con presupuesto, los tres niveles de gobierno no hayan tenido la capacidad de frenar la llegada de turistas a Acapulco y sacar a los pobladores de las zonas de riesgo.
Es cierto que se contaba con la información de cuáles eran las zonas que serían afectadas por “Ingrid” y “Manuel, sin embargo, no se actuó a tiempo y ahí están las consecuencias.
Por no haberse aplicado un plan de prevención, hoy los costos de la tragedia serán aún mayores y lo más grave es que el destino de los recursos destinados para estos acontecimientos es incierto porque en México, al entregarse éstos a diferentes instancias de Gobierno, pueden quedar en muchas manos, menos en las de los afectados.
Como ejemplo tenemos el caso de Tabasco, con el ex gobernador Andrés Granier, que desvío los recursos para su beneficio personal y de algunos de sus funcionarios. Ojalá aprendamos la lección y tomemos conciencia de lo importante que es el manejo de la información y la coordinación que debe existir entre las autoridades para evitar muertes y daños materiales en lo posible.
Debe crearse un organismo a nivel federal que vigile el adecuado manejo y aplicación de los fondos de desastres y que después verifique qué se restituyó en sus pérdidas a los afectados, porque de continuar así las cosas, lo más probable es que la ayuda quede en manos de algún político o burócrata que aprovechó a río revuelto, ganancia de funcionarios.
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Abogado, notario y actuario por la Facultad de Derecho de la BUAP; doctor en Derecho por la Universidad Autónoma de Tlaxcala. Es director fundador del Instituto y del Centro de Ciencias Jurídicas de Puebla y de la Revista IUS; autor de más de siete obras jurídicas, ponente, moderador, comentarista, y conferencista.