Las campañas jurásicas

  • Xavier Gutiérrez
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Algo me dice que las campañas no levantan. Mejor dicho, muchos me lo dicen. Los políticos del futuro cercano tendrán que inventar otras cosas. El caso es que la gente no se siente “tocada”, ya no digamos conmovida con las campañas.

Vemos lugares comunes largamente trillados.

En mi pueblo fue célebre el comentario de un chamaco que, al concertar el clásico pleito “de la salida”, dijo: “vamos a pelearnos pero sin herirnos…”

Algo de eso vemos por estos lares.

La guerra de promesas al aire, aquél que carga a la niña mocosa, éste que se funde en un abrazo con luchadores enmascarados que jamás ha visto en el pancracio (bueno, en la Arena Puebla, para que entiendan…), el que rifa muebles y enseres domésticos, el que se come una obesa  cemita y se empina una agua fresca en un mercado que jamás había pisado…

Más promesas y más ilusiones, como si ya en el cargo dispusieran del dinero de Carlitos Slim. Las sonrisas congeladas en las pancartas (alguien dijo que quizá en su origen, las pancartas fueron precisamente “cartas –públicas-para pedir pan”), el ocultamiento de todos del multimillonario gasto que viene de los impuestos; las fortunas patrimoniales que ofenden a 700 mil pobres del poblano suelo…

El discurso hueco que se escucha desde los tiempos de Ruíz Cortínez; las encuestas tramposas y falsas como diputado local; los medios que se inclinan reverentes ante el imperio del dinero al ritmo de “vendecarotuamor aventureraqueestamos en campaña, maestro”, y que por sus ochocolumnas los conoceréis.

Los comentaristasy  opinadores  que compiten para ver quien adula mejor a su candidato, sepultando en el fondo de los recuerdos las enseñanzas que dejó  el estilo Zavala donde vivieron historias semejantes y surgieron  cuantiosas fortunas, por supuesto, a nombre de la libertad de expresión y demás zarandajas, faltaba más.

Viven hoy la temporada alta del “periodismo negocio”, y la repetirán cada trienio o sexenio, el cliente es el cliente, diría el “profe Cevallos”…

Es el folclor galopante, el derroche huérfano de madre, (me han dado en el coche 187 trípticos de uno,145  del otro, 28 cintitas para la muñeca, una toalla, pero la señora del aseo acumula ya 13 paraguas, 23 bolsas para el mandado, una docena de jarras, 46 vasos,  y hasta unas cajas de leche pa´la chata…) y todavía faltan más de veinte días de campaña…!

Los jóvenes están en otro planeta, el hombre común buscando el pan de cada día, los profesionales libres resistiendo el acoso visual en calles, esquinas y parques. Los que observan con la perspectiva que da la distancia me dicen: pobre pueblo, pobre país, ¡y sigue dando para estas babosadas!, ¡cuánto ha resistido..!

Los turistas europeos que se encuentra uno en la calle toman fotos de aquí y de allá, algo se enteran del carnaval, sonríen y han de decir para sus adentros:” es el tercer mundo,  no cabe duda, tan cerca de mis ojos , tan lejos de la democracia”,  parafraseando a su modo a Tablada.

Los viejos mitos  y vetustas prácticas que se resisten a morir por obra y gracia de políticos “modernos”, pasan lista de presente, el pan nuestro de cada día: los mítines masivos que no dan votos, los acarreados del sector público que son obligados y que votan en contra, el candidato payaso y comodín que es comprado con millonaria suma para hacer teatro y quitarle votos al favorito del patrocinador. Más sonrisas, abrazos, regalos, fotos, planas de fotos que nadie lee porque los medios impresos llegan al 2 por ciento de la gente.

Fotos, fotos, esas que les encantan a los políticos jurásicos, en las que sonríen y  se toman todos  las manitas en alto, como si de veras, rememorando sus infantiles juegos de doña blanca y el jicotillo, de allá de la tierna infancia.

Y la gente que procede como corresponde a su papel en la comedia: tiene un dulce en la boca y estira la mano para recibir otro, sea de quien sea, ¡la panza es primero”!, dice Rius.

¡Y los que venden espejitos…y los que los compran!. Aves carroñeras de temporada, llegan al arrancar campañas  con ostentosas tarjetas que aluden a infladas empresas de marketing, para vender encuestas a modo, campañas de posicionamiento,  fotos retocadas que hacen irreconocible a cualquier mequetrefe, cuartos de guerra, sondeos diarios o semanales, (y les encanta usar palabrejas en inglés, como que les cuesta quitarse el dogal y la mente colonizada por las ideas del imperio), y lanzan sus redes, y caen los incautos peces…!

Y se llevan el botín, y van para otro estado, y volverán –como las golondrinas de la poesía- en la siguiente elección, a vender espejitos otra vez.

Esto es algo de lo que está a la vista, y usted es testigo de primera fila. ¿O miento…?

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Xavier Gutiérrez

Reportero y director de medios impresos, conductor en radio y televisión. Articulista, columnista, comentarista y caricaturista. Desempeñó cargos públicos en áreas de comunicación. Autor del libro “Ideas Para la Vida”. Conduce el programa “Te lo Digo Juan…Para que lo Escuches Pedro”.