Encuestas y autocracia

  • Víctor Reynoso
Hay una embestida, retórica y práctica del actual gobierno contra las autonomías

Es importante recordar que las encuestas no son un pronóstico, sino una fotografía del momento. Otra aclaración: no son una fotografía de cómo serían los resultados electorales en ese momento, sino de cómo los ciudadanos encuestados responden.

Y, está bien comprobado, algunos ciudadanos mentimos ante las encuestas electorales. Por una parte, ocultamos nuestra opción, aunque ya la tengamos definida. Por otra, decimos que votaremos por el partido en el poder, aunque lo vayamos a hacer por la oposición.

Entre 5 y 8 puntos porcentuales se calcula el sesgo a favor del partido que detenta el poder. Dejando de lado las encuestas compradas, con resultados al gusto del cliente.

De acuerdo con esto, lo que tendríamos en la próxima elección presidencial es una elección con diferencia de un dígito. Quizá a favor de la candidata del partido en el poder. Pero no hay nada seguro. Todavía pueden cambiar las preferencias. Y el voto oculto a favor de la oposición podría hacer la diferencia.

En un tema distinto pero vinculado, llama la atención la creciente presencia en nuestro país (y en otros) de palabras como autocratización, autócrata, autocracia. Es lo contrario a la democracia. Es la concentración del poder “en uno”, el autócrata.

La embestida, retórica y práctica, del actual gobierno contra las autonomías, sean institucionales o sociales, va claramente en ese sentido. Hay que repetir las frases elocuentes: “no le cambien ni una coma”; “no me vayan a salir con que la ley es la ley”.

El Poder Legislativo no sería así un poder, sino un trámite del Ejecutivo. Y el Judicial no sería el garante del Estado de Derecho, sino una comparsa del presidente.

El acoso contra las voces independientes en la sociedad civil, como María Amparo Casar, va en el mismo sentido. Se quiere que haya una sola voz en el país, con los ecos adecuados.

Sin contrapeso ni rendición de cuentas. Decir que las mañaneras son un mecanismo cotidiano y popular de rendición de cuentas es una burla cruel. Cercana al auto sarcasmo.

Creo, como muchos, que esto es lo que está en juego en la próxima elección: seguir con el proceso de autocratización o detenerlo.

Una nota: si el intento de concentración de poder hubiera dado lugar a un ejecutivo poderoso y eficaz para resolver nuestros problemas, otra sería la historia. Pero no es el caso. La autocracia es inepta.

 

Las opiniones vertidas en este espacio son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no representan necesariamente la línea editorial de e-consulta.

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Víctor Reynoso

El profesor universitario en la Universidad de las Américas - Puebla. Es licenciado en sociología por la UNAM y doctor en Ciencia Social con especialidad en Sociología por El Colegio de México.