En los últimos meses han sucedido diversos acontecimientos de carácter bélico en los que se aprecia que bloques geopolíticos se articulan en torno a la defensa de ciertos intereses. La guerra es el fin de la política, y a la inversa, uno de los fines de la política es evitar la guerra. Precisamente en esta disyuntiva nos encontramos ante los vertiginosos avisos de una catástrofe global que amenaza con la extinción de la vida humana o la confianza en la racionalidad y mesura política de nuestros líderes supranacionales.

Hay un hilo conductor entre la primera y segunda guerra mundial. El detonante del conflicto es la disputa por recursos naturales, fronteras, rivalidades ideológicas o culturales. Los errores en las negociaciones de ambos conflictos sólo provocaron problemas que a nuestra fecha son vigentes, por ejemplo: la promesa de un gran Estado árabe (República Árabe Unida) y la imposición occidental del Estado de Israel.

Dicho de otra forma, Israel ha servido a los intereses de Occidente para impedir la expansión política y económica de los países de orientación árabe (petróleo, gas y rutas de comercio supranacionales).

Este conflicto no viene de hace unos meses, pero sí se ha intensificado a raíz del crecimiento de las relaciones y predominio de Rusia y China sobre otros países de la región, situación que hasta el momento es afortunada pues la única potencia involucrada es Estados Unidos, ¡qué novedad!

Hasta el momento el conflicto en Medio Oriente está impulsado y financiado desde la oscuridad por Estados Unidos, y de manera indirecta observado por Rusia y China, por ello, es una señal de alarma el hecho de que se incorpore a la confrontación Irán, principal aliado de Rusia.

El terrible legado de la Segunda Guerra Mundial fue la bomba atómica, un arma de destrucción masiva que aterrorizó al mundo por décadas al punto de provocar lo que perfectamente pudo ser una tercera guerra, entre la URSS y Estados Unidos, para reducirla a una Guerra Fría, por ello, es fundamental preguntarnos si podremos confiar en que los líderes que hasta el momento se han visto inmiscuidos en este conflicto serán capaces de esquivar la tentación de una guerra atómica, y en consecuencia, el fin de la humanidad.

@ACarvajal06

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