Llegó puntualísimo a la cita, quince minutos antes. Sin guaruras, sólo con su movido secretario y su jefa de prensa. Sin frases hechas, poses ni cartón, charló Pepe Chedraui con un grupo reducido de periodistas.

Habló de todo, escuchó preguntas críticas, tomó nota, demostró pleno conocimiento sobre Puebla y la zona metropolitana y salió disparado para desahogar una apretadísima agenda por los rumbos más disímbolos de la geografía capitalina.

Va por la presidencia municipal de Puebla y tiene claro que tres son las prioridades para la gente: seguridad, los servicios públicos básicos como alumbrado y calles pavimentadas; y el agua.

Puntualiza que lo primero es llegar, ganar la elección, pero en paralelo va armando gruesas carpetas con expedientes de proyectos concretos sobre distintas materias. Se reúne con expertos, intercambian puntos de vista, plantea prioridades y revisa aportaciones y propuestas.

Juega con los tiempos. Dice que, de ganar la elección -lleva bajo el brazo encuestas con una ventaja de más de diez puntos, y una articulación estrecha con Armenta- tendrá que presentar proyectos concretos en octubre ante el gobierno federal.

Habla de estrategias conjuntos con el candidato Armenta y Claudia Sheinbaum. Tiene claro que el presupuesto actual para Puebla, alrededor de 7 mil millones, no alcanza para tantas cosas, por eso prepara tiros de precisión en el ámbito federal sobre aspectos muy concretos.

Entre sus planes cita una especie de central de servicios para atender toda clase de gestiones del ciudadano ante el ayuntamiento, con atención digitalizada o directa las 24 horas del día todo el año. Con esto busca eliminar de tajo el burocratismo y la corrupción, y resolver cualquier gestión en el acto.

En la charla, directa y sin rodeos, alude vicios, corruptelas y errores de administraciones municipales de los últimos veinticinco años, pero no pierde tiempo en hacer leña. Mira a los meses y años por venir y fija su atención en trabajo, soluciones, sumar voluntades con buena fe e inventar salidas viables.

Por ejemplo, digitalizar 166 trámites municipales en esa central de atención inmediata; olvidarse de pintar todo de colores partidistas. “Edificios, instalaciones o autos todo lo vamos a pintar de blanco, al servicio de toda la gente, nada de atender de modo privilegiado a los de un color partidista, se gasta dinero sin sentido al estar cambiando cada tres años...”

Y añade, “en los cargos ningún amigo, absolutamente, lo único que cuenta es la eficiencia y en Puebla sobra gente preparada y profesional en todo, vamos a echar mano de los poblanos y aplicar una ingeniería en toda la administración.”

Habla de hacer eficiente el alumbrado, “porque hoy abundan las calles con lámparas que no funcionan; sin dejar de atender el centro histórico por su valor y atractivo turístico, vamos a enfocar trabajo y recursos a las juntas auxiliares; ¡cómo dedicar alrededor de 50 millones a infraestructura vial en torno a la zona de la UPAEP y darle migajas a las juntas auxiliares…!”

Se compromete a crear eficientes agencias policiales permanentes en cada junta auxiliar; renovar la red de semáforos que tiene treinta años de antigüedad; instalar señalamientos urbanos, cámaras de vigilancia en calles y dotar de cámaras de video portátiles a cada policía, para supervisar su función y brindar al ciudadano un servicio eficiente y respetuoso.

Comenta proyectos para crear estancias infantiles apoyando a mujeres que trabajan, centro de atención especial a adultos mayores y buscar comprometer a empresarios para que creen centros de maquila especialmente en las juntas auxiliares.

Afronta la campaña en todas partes, sin horario, construyendo relaciones en todos los niveles cada día y armando proyectos. Habla de una perfecta integración con el candidato Armenta y dice que no lo amedrenta la dimensión del gigantesco polo urbano metropolitano que tiene como centro a Puebla.

Salpica la conversación con referencias familiares, tradiciones poblanas, experiencias paternas y personales sobre la Puebla de anteayer, ayer y hoy; expone las contradicciones de parches y medidas absurdas de gobiernos municipales pasados, pero no lo hace con tono de venganza o castigo, mira hacia adelante con afán constructivo.

Esta consciente que lo suyo no es la oratoria florida, sino la conversación en corto, escuchar detenidamente a sus interlocutores, tomar notar de lo que le exponen y traducir a números, cifras y costos los problemas y las soluciones del municipio poblano.

Con su diálogo abierto, sentido crítico y autocrítico y con conocimiento pleno de la idiosincrasia del poblano, hace patente que el contacto personal en una campaña es insustituible.

“SABERES Y SABORES.” Así se llama el libro que hemos publicado recientemente y que está a la venta en el restorán más antiguo de Puebla, “El Cazador”, de la 3 Poniente 147.

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