Estamos a unos días de que inicie la contienda electoral donde candidatos a alcaldías, diputaciones locales y gubernaturas estarán buscando el voto popular para ocupar el cargo.

Los pronósticos, en consecuencia, van y vienen, como hojas arrancadas a los árboles en una tarde de otoño; tan contradictorios entre sí, que a veces suelen ser motivo de airadas cuánto irrazonables discusiones en torno al tema. Pocos son, hay que decirlo, los análisis serios que se hacen al respecto, la gran mayoría van cargados de intereses, filias y fobias personales hacia los aspirantes, deseando que ganen sus gallos, por más que estos estén desplumados.

Pero pongámonos serios. En Huauchinango parece claro que la contienda si bien lleva mano el edil Rogelio López Angulo en su lucha por la reelección, hay otros aspirantes que darán una batalla fuerte por arrebatarle la silla del poder. Uno de ellos es Eloy Martínez Amador, quien, pese a apenas haber irrumpido en la política, queda claro que el respaldo de su hermano Carlos, desde la dirigencia del PRD y con los amarres estatales que pueda hacer, lo meten en serio a la contienda. Rogelio López tiene varias ventajas: la primera es que es alcalde, con todo lo que ello significa, es decir, cuenta con la estructura oficial para mover voluntades a su favor. Cuenta también –of course- con el recurso económico para hacerlo y cuenta con la marca de moda: Morena.

Juanita Mendoza, aun cuando se ha visto tibia hasta este momento con la candidatura del Partido Verde, puede dar la batalla si se decide a hacerlo, de mano de los recursos económicos que pudiera inyectarle su padrino político Ardelio Vargas Fosado. Todo mundo pensaría que ahí termina la cosa, pero hay un contendiente más que podría meterse a la pelea: Zeferino Hernández González de Movimiento Ciudadano, por un solo factor: Gabriel Alvarado, ardido porque no lo dejaron contender por Morena –lo cual festejamos todos- ahora estará cobijando a Zeferino. Si lo hace con recursos económicos y moviendo su estructura hacia él, Zeferino podría estar metido en la contienda como un competidor serio. Si Gabriel, veleidoso como siempre ha sido, comienza a protagonizar con sus desplantes y lo apoya a medias, la contienda podría quedar únicamente entre dos: Rogelio López de Morena y Nueva Alianza y Eloy Martínez Amador del frente opositor.

En cuanto a la diputación local no le busquemos más: Miguel Márquez Ríos de Morena es, podríamos decirlo desde ya, el virtual diputado local por Huachinango, lo que lo metería de lleno en la puja por la alcaldía en la próxima elección. Pensar que Fermín Bautista del frente opositor pueda darle batalla, resulta ser una mala broma.

La niña capitalina y su apoyo a Sheinbaum

La diputación federal sí que está en veremos. Si bien Ricardo Cruz y Celis Jiménez del frente opositor ha avanzado a pasos agigantados en la contienda, la fuereña Gissel Santander Soto tiene a su favor las dependencias oficiales operando para ella. Sí, ya sabemos que ellos dicen que son diferentes, pero la realidad es que son peores que los que criticaban: hacen lo mismo y peor. Hace unos días, el periodista Gonzalo Castillo en una entrevista para su página Noticias ZN, pidió a Gissel su punto de vista acerca del actual diputado federal Tony Natale. Ella –nada tonta- evadió la respuesta directa y dijo que opinaran quienes lo eligieron. Hizo bien. ¿Quién en su sano juicio se atrevería a defender a Natale con el pésimo papel que ha hecho hasta ahora? No obstante, Gissel corre el riesgo de caer en lo mismo, si tomamos en cuenta que está prometiendo apoyar irrestrictamente a Claudia Sheinbaum en todas sus iniciativas, en el supuesto escenario que el triunfo favorezca a ambas. Ricardo Cruz y Celis Jiménez lo dijo muy claro: la diferencia entre ella y yo, es que mi bandera de campaña no es el apoyo incondicional al Ejecutivo, sino a la gente.

Eso exactamente hizo Tony Natale, ser incondicional –como todos los diputados de su partido- hacia López Obrador y sus locuras. Si alguien apoyó a Natale en campaña ni el saludo recibió después; a él le interesaba quedar bien con el Presidente, no con el pueblo. ¿Podríamos estar viendo a Gissel, la niña capitalina, haciendo lo mismo en la curul? Por cierto, nos dicen que volvieron a cambiar a su suplente y ahora es una hermana del alcalde de Pantepec, Porfirio Castro Mateos. ¿En serio sigue pensando que su suplente podría ayudarle en algo si ni siquiera nos la ha presentado?

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