Optimismo económico engañoso

  • Enrique Cárdenas Sánchez
Existen focos amarillos que ponen en tela de juicio los “grandes avances” y su posible continuación

Ha sido recurrente la narrativa de un ‘optimismo’ económico casi desbordado que me llama profundamente la atención. Analistas prestigiados reportados por Bloomberg, El País y muchos de los medios más afines al gobierno han subrayado el ‘excepcional’ crecimiento económico de 2023, el boom de las exportaciones y el aumento de la masa salarial que han llevado al repunte del consumo, al auge de la inversión, especialmente la inversión extranjera. A sus ojos, todo va muy bien.

Y me llama la atención porque al escudriñar un poco más a fondo, se puede observar que estos ‘grandes avances’ son, en el mejor de los casos, sólo de 2023 y que, en realidad, existen focos amarillos que ponen en tela de juicio su posible continuación en el futuro. Así, si en lugar de ver 2023 analizamos las cifras de los últimos cinco años, los de este gobierno, encontramos una historia muy distinta: apenas se están recuperando varios indicadores a los niveles de 2018, otros se quedarán por debajo, y lo que es más preocupante, no queda nada claro por qué este ‘auge’ será sostenido en los próximos años.

Van algunos datos (1): el índice de actividad global de la economía en noviembre de 2023 está apenas 3.9 por ciento (la última cifra disponible) por encima de 2018: un crecimiento de 0.8 por ciento anual. Ello implica, de hecho, un retroceso del PIB por habitante de modo que hoy estamos –1.6 por ciento más abajo que al inicio del gobierno. Por otra parte, el ‘repunte’ del consumo lo ha llevado en noviembre de 2023 a 7.6 por ciento por encima de 2018 (crecimiento anual de 1.5 por ciento), casi lo mismo que ha aumentado la población. Se aduce a que se debe al aumento de la masa salarial, que en estos cinco años ha aumentado 29.6 por ciento en términos reales, lo cual contrasta con el crecimiento del PIB. Pero lo que no se dice es que el consumo de bienes nacionales apenas aumentó 4.3 por ciento en los últimos cinco años, mientras que el consumo de bienes importados creció 52.6 por ciento. Es decir, el consumo apenas mejoró y consumimos cada vez más bienes importados en detrimento de bienes producidos por nosotros. ¿Por qué? En buena medida por la sobrevaluación del peso, el superpeso, que al menos debería estar en 19–19.50 pesos por dólar.

Y hablando del peso, ¿de dónde viene su fortaleza? Se reconoce que se debe a las altas tasas de interés en México (11.25 por ciento) respecto a las que se ofrecen en Estados Unidos (5.50 por ciento) o Europa (4 por ciento), que ello retiene capitales en el país en lugar de que los ahorradores busquen opciones fuera. Pero poco se dice que ello también encarece el pago de intereses de la deuda (la recaudación del IVA apenas alcanza para ello) y que inhibe la inversión. Y por supuesto, la entrada de remesas que sigue aumentando y que alcanzó la cifra de 63 mil millones de dólares en 2023. Para darse una idea, las reservas internacionales del Banco de México llegan a casi 213.2 mil millones de dólares, y nos ha tomado muchos años acumularlas.

En este ‘excelente 2023′, se dice, la inversión extranjera directa llegó a 32.9 mil millones de dólares, poco más que la mitad de las remesas. En los cinco años de gobierno, la entrada de remesas ha sido de 253.7 mil millones de dólares, mientras que la inversión extranjera directa llegó a 163.9 mil millones. Además, el detalle es que sólo el 33.5 por ciento fue inversión nueva, el resto, reinversión de utilidades. No está mal, pero no estamos atrayendo nuevas inversiones. De hecho, en todo 2023 se establecieron solamente once empresas de más de 500 trabajadores, al tiempo que cerraron ocho, de tal suerte que tenemos sólo tres empresas adicionales de 500 empleados o más en 2023.

En esta narrativa de bonanza no hay muchas palabras sobre las finanzas de Pemex y de CFE, de la cantidad de dinero que le está inyectando el gobierno federal, y que no obstante ello la viabilidad de Pemex está en entredicho. Apenas hace unos días Moody’s le redujo su calificación crediticia dos escalones, dejando a la empresa al borde del abismo, y el gobierno le inyectó más dinero. Tampoco se reconoce el grave impacto que ya tiene en las finanzas públicas.

La narrativa triunfalista tampoco menciona la multiplicación de la crisis hídrica y su impacto potencial sobre la productividad. Mientras en 2018 los municipios con emergencia de agua generaban el 14.5 por ciento del PIB, en 2021 los municipios con estrés hídrico han aumentado, a tal grado que el 42.9 por ciento de la actividad económica se produce en lugares con problemas de agua. El contrabando y huachicol de gasolinas y diésel están alcanzando niveles insospechados (Signos Vitales estima que entre 20 y 30 por ciento de los combustibles consumidos en el país provienen del mercado negro), al tiempo que las remesas se han convertido en un mecanismo de lavado de dinero que ya no es posible ocultar.

Todo ello se refleja en la economía del cash, en el país del Rey del Cash. El número de billetes de mil pesos en circulación ha aumentado 326 por ciento en los últimos tres años, mientras que los billetes de denominación media (hasta 200 pesos) apenas crecieron 24 por ciento. ¿Por qué imprime tantos billetes de alta denominación el Banco de México? Hoy, el efectivo que se encuentra en manos del público es enorme. Si dividimos el total entre el número de mexicanos, cada mexicano, incluyendo bebés, niños y ancianos, tendría en su poder, todos los días, 19 mil 239 pesos en promedio (¿de verdad?). O cada miembro de la población económicamente activa mantiene en su poder constantemente 41 mil 280 pesos en promedio (¿a cuántas personas conoces que están en esa situación?). Parece que en el Banco de México no se han dado cuenta que, sin quererlo, están facilitando la economía subterránea y el lavado de dinero (79 por ciento de las transacciones superiores a 500 pesos se realizó en efectivo en 2021). Y quizás ello haya contribuido a que México se convirtiera en el país con mercados más criminales en todo el mundo en 2023 (2).

En fin, podemos seguir con estos datos, pero no alcanza el espacio. Lo que me queda claro es que, por alguna razón que desconozco, los optimistas analistas financieros prefieren no ver lo que otros vemos.

(1) Los datos que presento en esta columna están tomados del próximo reporte de Signos Vitales: “La economía a revisión”, que saldrá en unos días. Podrá consultarlo en www.signosvitalesmexico.org.mx

(2)https://globalinitiative.net/analysis/ocindex-2023/#:~:text=Con%20el%20lanzamiento%20del%20%C3%8Dndice,hacer%20frente%20al%20crimen%20organizado

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Enrique Cárdenas Sánchez

Economista, exrector de la UDLAP. ExDirector del Centro de Estudios Espinosa Yglesias. En 2019 fue candidato a Gobernador de Puebla en las elecciones extraordinarias. Director de Puebla contra Corrupción e Impunidad