El avión presidencial, de promesa de campaña a burla

  • Gilberto Arribalzaga
AMLO no se cansa de hacer el ridículo con el “símbolo de la corrupción neoliberal”

El presidente Andrés Manuel López Obrador dio un discurso sobre el avión presidencial de Peña Nieto sobre cómo el artefacto representaba la corrupción de los gobiernos neoliberales, diciendo que ese tipo de aeronave “no la tiene ni Obama”.

Y como hizo a lo largo de sus doce años de campaña, se le hizo fácil hacer promesas que ni él sabía si cumpliría y dijo que vendería el avión en cuanto llegara al poder.

Lo único que puedo aplaudirle es que, al menos lo sencillo lo cumplió, dijo que jamás se subiría al gran pájaro y hasta el momento no ha puesto un solo pie ahí.

No es que no lo haya intentado. AMLO ni bien llegó al poder lo puso a la venta y después de meses de estar en exhibición en un hangar de Estados Unidos, se dio cuenta que el hacerlo era una labor titánica.

Así que mi deber en este texto es explicarles cómo la promesa de Andrés Manuel de deshacerse del “símbolo de la corrupción neoliberal”, a poner en evidencia que a pesar de hablar tan lento no es capaz de ver las consecuencias que traerán sus palabras.

Después de varios meses de estar a la venta y de tener supuestos acercamientos con posibles compradores -que siendo honestos yo siempre dudé de la existencia de estos-, tuvo una idea que muy posiblemente marcó el declive de esta promesa: rifar el avión presidencial.

Esta propuesta más allá de volverlo un héroe nacional desató burlas y memes, pero el tema se mantuvo en boca tanto de amigos como de adversarios por cerca de un año.

Y es que mientras los acérrimos seguidores de la 4T lo respaldaron, el proyecto dio más argumentos a la oposición: en “La Rifa del Avión Presidencial”, no se rifaría la aeronave sino premios en efectivo que prácticamente se reunirían con el mismo dinero recaudado por la venta de boletos. Algo que en mis palabras lo defino como un engaño al pueblo.

Además, como lo he señalado en textos anteriores, la venta de boletos iba muy baja, así que, como buen gobernante caprichoso, dio instrucciones a los gobiernos estatales y municipales que ganó Morena para obligar a sus funcionarios a comprar boletos… ¿No me creen? Pues pregúntenle a los que fueron empleados del Ayuntamiento mientras Claudia Rivera ocupaba esa silla.

La rifa se realizó el 15 de septiembre de 2020 en lo que fue una cortina de humo que funcionó a medias, ya que curiosamente por esas fechas ocurrieron cosas incongruentes como el permitirle registrarse como partidos a aliados de la cuarta transformación y negarlo al único opositor. Además, todo mundo criticaba a Gatell y su pésimo manejo de la pandemia. Y repito, fue a medias porque sólo pudo distraer a sus seguidores, pero no a los demás.

Después de eso, el tema fue congelado hasta hace poco, justo cuando la veda electoral por la consulta popular de revocación de mandato le impedía hacer algo en lo que sí es especialista: echarse flores a sí mismo. Por lo que el mencionar que sería rentado para vuelos privados lo volvería a poner en boca de todos y ganar votos en el “ejercicio democrático”.

Pero, al ver que hay demasiadas personas motivando a la gente a no participar, y que el INE no se ha dejado amedrentar ni con la amenaza de la reforma electoral, recurrió al viejo truco del 2019: usar el artefacto para crear polémica.

Habiendo sido claro con que en lugar de venta sería ahora renta, quiso ir más allá, y declaró que el avión presidencial sería rentado para bodas y xv años.

¿Se imaginan? Un bailongo de xv años en el recién inaugurado AIFA, amenizado por el sonidero internacional Sonido Fantasma o por Fania 97 con el equipo robado de Café Tacvba que le vendió alguien de dudosa reputación.

Aunque, estoy seguro de que AMLO volvió a poner al pueblo donde lo quería y con declaraciones populistas logrará que la consulta tenga el nivel de participación requerido para poder ser validada.

Las preguntas semanales son: ¿Seguirá ocupando Obrador al avión presidencial para manipular al pueblo? ¿Cuánto costará rentarlo? O mejor dicho, ¿Alguien se atreverá a ocuparlo?

Mientras vemos en qué termina la polémica hecha por el mismo Presidente, nosotros nos leemos el próximo fin de semana.

PD: Lo único que le falta decir es “Hola, soy Andrés Manuel y no he podido vender un avión en tres años”.

Opinion para Interiores: 

Anteriores

Gilberto Arribalzaga

Es egresado de la carrera de Mercadotecnia y Diseño Publicitario de la Universidad de Oriente, donde también curso la maestría en Gerencia Empresarial. Desde 2019 ha laborado como community manager.