Lo dijo Malcolm X “cuídate de los medios de comunicación porque vas a terminar odiando al oprimido y amando al opresor”.

Lo podemos ver con claridad en los de nuestro país y también de muchos otros, tienen un gran poder para manipular y transformar a las personas, sobre todo en aquellas en las que la empatía hacia sus semejantes es escasa.

A esto se suman las redes sociales en las que se logra observar una polarización que en otros tiempos no se daba, cierto es que fueron construidas para una interacción más rápida entre los individuos, son estructuras formadas en Internet por personas u organizaciones que se conectan a partir de intereses o valores comunes. A través de ellas se crean relaciones entre individuos o empresas de forma rápida, sin jerarquía o límites físicos.

Aunque presenta muchos aspectos positivos, algo negativo de las redes sociales es que aísla de la realidad a las personas; solo ven lo que quieren ver y en ocasiones manipulan la información ajustándola a intereses personales o de grupo, veamos el caso de las elecciones aquí en nuestro país.

Se comparte información sesgada, descontextualizada, manipulada o totalmente falsa, de aquellos que por años gobernaron este país y que ahora junto con otros dos partidos antaño opositores, quieren retornar por lo que siempre les ha importado, el poder y el dinero.

Sara Sefchovich dijo en el 2008 en su libro “País de mentiras” (recomendamos ampliamente su lectura) que nos han engañado tanto que ya no sabemos en dónde estamos parados y el desastre es enorme (en aquel entonces gobernaba el PAN con Calderón en la presidencia).

Mucho antes en la década de los sesenta el recordado Eduardo del Río (Rius) de quien el cronista Carlos Monsiváis llegó a decir que en México había tres instituciones educativas: la Secretaría de Educación Pública (SEP), Televisa... y Rius; en su gran historieta “Los Supermachos” y posteriormente en “Los Agachados”, retrataba a través de sus personajes la cruel realidad de la vida política, económica y social que envolvía a México cuando el amo y señor era el PRI.

Las prácticas caciquiles que siempre subyugaron a la mayoría de las personas en nuestro país, nuevamente salen a la luz en la “petición” que recientemente hizo Gustavo de Hoyos a sus colegas desde Twitter “Para ti que eres empresari@ llegó el momento de motivar a tus colaboradores a que tomen en sus manos el futuro de México. Explícales la importancia de su voto y convócalos a que todos voten. ¡Que nadie se quede sin votar!”

Soterradamente se trata de inducir al votante en una dirección que a él y a su grupo les conviene para recuperar privilegios y seguir transando como lo hacían con los gobiernos anteriores.

Por eso, cuando escucho y leo todo lo que se escribe y comenta en los medios de comunicación y las redes sociales de manera sesgada o francamente falsa, y veo que existen individuos que están en contra de una transformación, las preguntas que surgen son, ¿qué los lleva a hacerlo?, ¿qué daño les han causado los desposeídos, los marginados, los sometidos desde hace siglos para que se nieguen empecinadamente a una transformación?

Una posible respuesta es parafraseando lo que dijo un reconocido actor: “tu vida tiene que ser muy desdichada para desear que se fracase en el intento de transformar a México”. Ver que su clasismo y racismo está amenazado por los “inferiores”, puede ser lo que provoca tal encono y rechazo por un cambio que es imprescindible para que el país no se vaya a pique. Hoy por hoy es indispensable que no se cambie el rumbo, está en juego nuestro futuro.

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Los invito a ver los videos de 30 segundos acerca de los dispositivos para el control de tránsito con motivo de un proyecto de Educación Vial impulsado por el ICGDE de la BUAP. Los encontrarán en esta dirección.

eduardolibreros@hotmail.com