La Contemporaneidad en un Espacio Histórico

  • Elvia de la Barquera
La Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas debería ser revisada y actualizada

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Nuestros espacios históricos se construyeron para la sociedad, deberían ser accesibles, apropiables, visitables y amables con el medio ambiente.

 

Patrimonio, arte, naturaleza y sociedad, todo eso debería abarcar un análisis somero sobre la Plaza Mayor de nuestra ciudad, sobre el comúnmente llamado “zócalo”, debido a que durante mucho tiempo ahí quedó el zócalo de una escultura denominada La América, que sostenía un medallón con el busto de Santa Anna, razón por la cual fue destruida y sólo quedó el zócalo, tal cual.

La Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos que actualmente nos rige, se publicó en 1972 y se reformó en 1986. Esta ley debería ser revisada y actualizada, pues viene arrastrando una serie de inconvenientes que han provocado la destrucción de legado significativo para nuestra sociedad y nuestra historia.

Es común olvidar que un espacio público, por ejemplo, fue concebido, diseñado y construido en su momento, pensando en el esparcimiento y gozo de la sociedad que le va a ocupar. Pasan los siglos y ya no pensamos en la sociedad, sino en el monumento histórico como un objeto aislado, distante. Ya no pensamos en la accesibilidad de ese espacio, sino en cómo era el espacio originalmente, cuando no existían sillas de ruedas. Ya no pensamos que el planeta necesita áreas verdes, sino en las ceremonias cívicas de los políticos.

Es por ello que insisto en la necesidad de replantear la conceptualización del patrimonio, como una parte de nuestra cultura, misma que se va enriqueciendo, va cambiando, se va adecuando a las necesidades de nuestros tiempos; por lo mismo, el patrimonio también es un ente cambiante, acumulativo.

Por ejemplo, en cuanto a Monumentos Históricos, esta ley solamente incluye los inmuebles construidos entre los siglos XVI al XIX (Artículo 36).  Y en lo referente a Monumentos Artísticos, la ley es tan absurda que solamente reconoce como tales los hecho por un artista mexicano, o bien extranjero pero que haya realizado la obra en México, pero eso sí, en ambos casos han de estar bien muertos (Artículo 33). Para el caso de los bienes inmuebles y obras de arte de los siglos XIX y XX corresponde su gestión y cuidado al Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, misma que sólo opera en la Ciudad de México.

No existe en todo el documento consideración de convivencia entre Patrimonio Natural y Patrimonio Cultural, ni temas como el Paisaje Patrimonial. Es como si histórico y contemporáneo, natura y cultura, fueran elementos  mutuamente excluyentes. Reconozco que la convivencia entrambos no es fácil ni sencilla, se necesita conocimiento del lugar, pensamiento propositivo y creativo, pero sobretodo sensibilidad, no sólo para que estos elementos disímiles convivan, sino para que cohabiten a favor de la sociedad.

Volviendo a nuestro “zócalo” de Puebla, la obra Refugio de Hendrix, puede y debería permanecer ahí, dada la aceptación de los visitantes. En su momento fueron muy molestos los convenios políticos de por medio, pero ya se han desechado de la memoria colectiva. Para ayudar a borrar los pasos de la oscura política de Puebla, será necesario eliminar todas las placas (¡Tenemos plaquitis!)

Finalmente puedo acotar que hoy por hoy urge actualizar conceptos y remover ideas anquilosadas de la ley:

  • Visualizar el patrimonio con algo acumulativo, no termina en el siglo XIX, continua y lo que se está construyendo ahora podría contener características patrimoniables.
  • El patrimonio no tiene fecha de caducidad y eso se debe ver reflejado en la ley.
  • Pensar nuestros espacios históricos para el deleite de la sociedad, hacerlos accesibles, visitables, apropiables.
  • Es necesaria una legislación con el objetivo de actualizar, expandir y descentralizar las competencias de INBA con la finalidad de proteger el patrimonio no histórico pero si estético del que goza nuestro país, es necesaria la presencia de esta institución en todos los estados, con todas las tareas culturales que involucra.

Sí, lo se, es mucho pedir.

 

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Elvia de la Barquera

Egresada de Antropología UDLAP, Bellas Artes Universidad de Barcelona y Doctorada en Espacio Público: Arte-Sociedad UB. Artista, investigadora, docente y Crítica de Arte con publicaciones varias