Pseudoverosimilitud

  • Oscar Gómez Cruz
En México se toman decisiones de alta trascendencia sin evidencia, ni sentido común

Muy posiblemente nunca haya usted escuchado o leído la palabra que titula este espacio. Y es porque su origen es reciente, como un intento de traducir del inglés al español, otra palabra que tampoco existía hasta el año 2006. 

Un cómico televisivo llamado Stephen Colbert, acuñó en su programa The Colbert Report, la palabra "truthiness" y la definió como una "verdad que procede de las tripas, no de los libros”. En español sería algo así como Pseudoverosimilitud, y es la cualidad de algo que se da por cierto sin aportar pruebas, siendo creíble sólo porque se desea que sea cierto.

Encontré este término en el libro "SOLO UNA COSA", de Gary Keller y Jay Papasan, y me pareció totalmente aplicable a la realidad de México, donde diariamente se toman decisiones de la más alta trascendencia, basadas en pseudoverosimilitudes más que en la evidencia técnica, comprobable, demostrable o incluso, el sentido común.

Es como si un niño llega con su papá con una boleta de calificaciones con promedio de 5 y le dice: "papá, está boleta dice que reprobé, pero yo tengo otros datos".

Resultaría en un desenlace poco favorable para el niño de manera muy segura, porque sin negar que alguna de las notas obtenidas pueda estar sujeta a revisión, muy difícilmente el cambio en una sola nota haría diferencia sustancial en el promedio general, de acuerdo a UN METODO definido y aceptado de manera unánime, para la evaluación del desempeño de los alumnos de un país. 

Otras pseudoverosimilitudes con las que vivimos hoy en día en México son: la corrupción ya se terminó; la pandemia está controlada; vamos bien; todos los ricos son corruptos; todo lo realizado por gobiernos anteriores está mal; ser rico es ser "fifí" y un insensible social; ser pobre es ser buena persona.

Más allá de lo inverosímil que se escuchan o leen estas aseveraciones, no se pueden aportar datos que las conviertan en una verdad, dado que obedecen más a “opiniones emanadas de las tripas" que, a hechos comprobables, demostrables y que puedan ser generalizados.

Es muy peligroso para una sociedad ser conducida en materia de Estado, gobierno y aplicación de políticas públicas, basados en pseudoverosimilitudes en lugar de la ciencia, los datos y respetando las instituciones. Históricamente ha quedado demostrado que cuando esto sucede, se entra en largos, larguísimos periodos de oscuridad de todo tipo, comenzando por la social, reflejada en la pobreza, que a la postre fueron el detonante de problemas más grandes que los que se ofrecía solucionar, no con ciencia, no con datos, sino solo con "las tripas".


 

Oscar Gómez Cruz

 

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Oscar Gómez Cruz

Maestro en Asuntos Internacionales de Negocios Universidad de Columbia. Maestro en Administración Pública INAP. Egresado de la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard. Es presidente de 2TRES15