Priorizar para gobernar

  • Oscar Gómez Cruz
Hay que alinear la política con la técnica con sistemas de trabajo donde la corrupción no sea norma

Qué difícil resulta elegir prioridades al momento de gobernar en escenarios donde los recursos siempre son insuficientes, dada la gran diversidad de necesidades que hay en una sociedad.

Resulta casi obvio que son cuatro las prioridades en políticas de Estado y en políticas públicas específicas:

1. Seguridad, Estado de Derecho y orden
Fortalecer el marco jurídico y las instituciones encargadas de legislar, procurar e implementar justicia debe o debiera ser prioridad. Y resulta evidente, sobre todo en países con altos índices de violencia, que fortalecer la política de prevención y apoyo absoluto a la policía es un requisito básico para combatir a la criminalidad.

Es razonable aseverar que, sin seguridad y certeza jurídica, las personas se sienten intranquilas, los negocios y vida económica de toda índole se ven afectados y con ello, la inversión se desestimula. Nadie quiere invertir en lugares donde no hay seguridad, donde te asaltan y además, donde el sistema de procuración e impartición de justicia es corrupto, lento y burocrático.

Ante un escenario así, el dinero se va a otro lado y con ello se acrecienta la pobreza, que es uno de los factores que inciden en el incremento de la criminalidad y la violencia. Sin inversión no hay empleo, y sin éste no hay ingresos. Esto evidentemente hace que la necesidad orille a personas buenas a cometer delitos y a ser cooptados por el crimen organizado. Esto nos lleva a la segunda prioridad.

2. Ingreso mínimo para la vida
Así de simple como se lee. Las personas necesitamos un ingreso que nos permita pagar y cubrir necesidades básicas, como un lugar donde vivir, comida, transporte, comunicaciones, salud y educación. Lo básico.

Si el Estado no provee servicios de salud y educación adecuados y efectivos, las personas buscan pagar eso en el mercado. Y para ello o se tiene un empleo o se delinque. Lo que nos lleva las prioridades tres y cuatro.

3. Acceso a servicios de salud y medicamentos

Éste es un gran reto mundial puesto en evidencia por la reciente pandemia de COVID-19 que aún vivimos. Los servicios públicos de salud de todo el planeta están superados, son obsoletos en muchos casos y su capacidad de respuesta es muy limitada. Sin importar si hablamos del mundo desarrollado o países pobres, el poder acceder a servicios de salud efectivos y dotados de infraestructura debiera ser prioridad.

Ante la enfermedad nada parece importante ya, quien está enfermo o tiene un familiar con algún padecimiento no puede pensar en nada más. Ver las colas en hospitales públicos para una atención básica es doloroso para todo ser humano. Y como las enfermedades no se curan solo con una consulta médica, los tratamientos debieran ser prioridad presupuestal, los sistemas administrativos y de operación efectivos y las instalaciones adecuadas.

Si esto no lo proveé el Estado se tiene que ir al sector privado, pero los precios son altísimos, impagables. Si no se cuenta con servicios pagados por el Estado es necesario recurrir a un seguro médico privado, los cuales son sumamente caros y por ende accesibles a un bajo porcentaje de la población mundial.

Cualquiera asalta o mata por dinero para pagar una quimio para su hijo. Así de simple.

La última prioridad en política pública no significa que sea menos importante. Es en gran medida la base del sistema completo.

4) El sistema educativo
Las escuelas son la segunda casa o debieran serlo. Ahí se dan herramientas, se promueve la convivencia y se brinda el conocimiento que permite a los seres humanos tener un futuro mejor. Desde la educación básica hasta la superior sucede lo mismo que en los sistemas de salud, están superados en todo el mundo. Las escuelas públicas o están saturadas o simplemente no funcionan.

Es un sistema tremendamente complejo que no está funcionando, y el problema va desde la orientación de los planes de estudio, los maestros, los sindicatos, las instalaciones. Pero sobre todo tiene que ver con que se educa parejo. Las carencias y el gran volumen de estudiantes hacen casi imposible identificar el talento desde temprana edad para dar una formación específica y dirigida, situación que separa a los países avanzados de los que no lo son.

Y viene el tema más relevante.

Los cuatro puntos anteriores se abordan de manera aislada no sistémica y se politizan al momento de su implementación en todo el mundo.

Los presupuestos y la operación son de tipo sectorial y la evaluación que se hace de los resultados es por "bloque”.

No se entiende una lógica presupuestal y de implementación de políticas públicas ni de ejercicio presupuestal interconectado en sus causas, efectos, políticas públicas, resultados y evaluación.

Mientras no se integre el proceso será difícil ver resultados inteligentes en el corto plazo. El proceso para lograr esto no es fácil, porque hay que alinear a la política con la técnica y para ello se requieren sistemas de trabajo donde la corrupción no sea la norma.

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Oscar Gómez Cruz

Maestro en Asuntos Internacionales de Negocios Universidad de Columbia. Maestro en Administración Pública INAP. Egresado de la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard. Es presidente de 2TRES15